Esta entrevista ha sido movida aquí.
Este artículo ha sido movido aquí. gracias
Acabo de ver el documental Ciutat morta que está teniendo tantísima repercusión mediática. Es un excelente documento donde se refleja cómo toda la estructura del Estado: policía municipal, autonómica (estatal), políticos locales y autonómicos, administración,»Justicia,» ¡los médicos!, psicólogos, administración penitenciaria, y hasta los servicios de limpieza estaban perfectamente coordinados a la hora de condenar (a una de ellas en la práctica a la muerte) a unos chavales cuyo único delito fue caerse de la bici y llevar un pelao friki. ¿Y por qué? Pues porque se necesitaban cabezas de turco en la agresión al policía.
Se equivocan los que dicen que esto es un caso de corrupción. Se equivocan los que siguen pensando que vivimos en un Estado de derecho. Porque pensar que esto es corrupción es creer que es una anomalía, un deja vu en Matrix. No, el Estado capitalista, para sobrevivir tiene que montar todo un aparato represivo para seguir ganando la batalla, la de la lucha de clases.
Si queremos buscar una anomalía, quizás la tenemos que buscar en que nuestra burguesía (con la ayuda de la alemana) no quiso «modernizarse» y hacer una verdadera transición. Y es que es muy interesante cuando el abogado dice: La transición no ha sido modélica, pero es que en la justicia ni siquiera la ha pasado. Los magistrados del Tribunal Supremo juraron los principios fundamentales del Movimiento.
La última trinchera del sistema son los cuerpos represivos, por ello tienen que ser un bulldog bien amaestrado, que sólo ataque cuando el dueño lo decida. Pero estos perros tan útiles en algunos momentos, pueden irse de madre, como en el caso de los dos munipas torturadores. La cuestión aquí es que todo el sistema judicial y político se ha plegado en torno a ellos por intereses económicos en última instancia, los de la especulación urbanística.
Entonces aquí tenemos dos características casi únicas de España: un Estado burgués moderno con fachada democrática pero con una estructura todavía franquista.
Me diréis que si eso fuera así, si viviéramos todavía en una dictadura, la norma sería la tortura, la arbitrariedad. ¿no lo es?
Es muy interesante también el testimonio que cuenta que la fiesta del teatro era permitida normalmente. No parecía que tuviera nada que ver con una cuestión okupa, ni mucho menos social o reivindicativa. Se permitía para echar a los habitantes del barrio, para gentrificar. Una cuestión inmobiliaria-especulativa. Sin embargo, la narrativa que se contó fue la de los sucios y violentos okupas. Hasta aquí obvio. Pero creo que esa narrativa es muy importante para que ante tal despropósito de torturas e impunidad no altere el status quo. Para mí esta narrativa sirvió (y sirve) para que la gente más o menos informada pueda formarse un relato de la realidad bastante ficticio. Vamos, contarse cuentos, para así ir tirando. «Eran okupas, mira qué pintas, en algo andarían metidos, las cosas no se resuelven con violencia, etc, etc.»
En concreto el relato funcionó muy bien en aquellos años de sequía de movilizaciones en los que yo vivía en Barcelona del 2007 al 2010. Esta historia la conocía, sabía de Patricia, las torturas y demás. Pero mis posibles interlocutores, especialmente mis compañeros de trabajo no querían ni oír hablar de esos temas. Lo zanjaban con un «ya está otra vez el pesado.» Amigos me quitaron del facebook, me tachaban de aguafiestas o amargado… Todos los ciudadanos de bien que ahora se escandalizan por aquello se han construido el relato de que no sabían, pero no es cierto, la verdad estaba delante de sus ojos. Otra cosa es que la verdad sea tan pesada para algunas conciencias que es mejor aligerarla con medias verdades o enteras mentiras.
Y aquí vuelvo con lo de gentrificar. Todos esos catalanes barceloneses «de pro,» con su gafa pasta escandalizados porque algunas manzanas podridas en el sistema han manchado el buen nombre de la ciutat de Barcelona. Recuerdo cuando vi Biutiful, la gente indignada saliendo del cine porque había manchado la imagen de la ciudad. Pero quieren una Barcelona chachi guay, un gigantesco centro de ocio.
David Fernández dice que esos policías torturadores son unos hooligans, un peligro público. Como si fueran, de nuevo, una anomalía. No digo que no sean unos salvajes, pero son necesarios para mantener el expolio con la menor resistencia posible. Y son parte tanto del Estado español como del Estado catalán. Todos aquellos haciendo cadenitas humanas por la independencia de la malvada España tendrían que reflexionar un momento si lo que quieren es crear un nuevo Estado capitalista igual (o más) torturador, o transformar el que tenemos por uno que respete las libertades, sea igualitario y tal y tal. Porque no me dirán que lo de la Guardia Urbana es culpa de España.
Ahora que Podemos tiene tantas posibilidades de ganar las elecciones, ¿cómo va a reaccionar toda esa estructura represora? ¿Qué va a hacer con ese Estado mortífero y criminal cuando saque las garras? Si lo vemos como anomalías nos confiaremos (que se lo digan a los venezolanos), si lo analizamos como estructural buscaremos medidas y organizaremos la resistencia.
Y me pregunto, todos aquellos que aunque escandalizados, seguís sin organizaros en la resistencia, ¿qué relato estáis construyendo? ¿el relato de que el supremo salvador con coleta está por venir, o el del cinismo de «esto es lo que hay»?
Nota 1: No he utilizado la palabra «casta» ni una sola vez, soy muy tradicional.
Nota 2: Aquí puedes descargarte el documental.
Me envían y piden opinión sobre un artículo publicado en sinpermiso.org, titulado Cáncer, política y capitalismo. Louis Proyect ·
Y aquí va mi respuesta.
En general me parece muy pobre, tanto desde un punto de vista político como científico. Lleno de tics norteamericanos: son el centro del universo conocido, todo lo personalizan…
La traducción se podría mejorar también.
Lo primero es, ¿a dónde quiere llegar el autor? ¿Cuál es su conclusión? No sé vosotros, pero yo no me he enterado de nada. ¿Está a favor o no de la quimio y demás tratamientos en uso? ¿Está convencido o no de que los contaminantes químicos son la causa y que una vida más sana reduciría el cáncer?
Voy por partes.
«Como pasaba muy a menudo, un ser querido se registraría en el hospital por un par de meses para recibir costosos y dolorosos tratamientos que concluirían con la muerte del paciente.»
De esta frase podríamos deducir que está en contra de que a los enfermos de cáncer se les intente curar. Pero atención, dos adjetivos juntos: costosos y dolorosos. Muy propio del «ombliguismo» gringo. No hace falta decir que un tratamiento contra el cáncer por fuerza debe ser doloroso, para no serlo, ¡te están extirpando-aniquilando un tejido propio! Y lo de costoso, eso es otra cosa, como bien explica luego hablando de la sanidad británica.
Además justo después tacha los tratamientos como «inútiles actividades.» Toma castaña. Pues nada, no tratemos a nadie, ya que si se muere… sería inútil!
Después sigue con esta cantinela, y habla de la muerte de un senador debido (sic) a la quimioterapia, que dejó voluntariamente por cierto. No achaca su muerte a que dejara la quimio, sino a que la recibiera después de la operación. fifty/fifty. Pero claro, su testimonio es lo más importante (muy gringo), algo que utiliza en el resto del documento. Los testimonios personales en medicina (o la ciencia en general) no tienen más valor que el literario.
Justo después, como si fuera un telediario, habla de un fraude. Digo lo del telediario porque así se genera opinión, enlazando sucesos de manera que nuestra mente asocie uno al anterior… ¿Qué tiene que ver el fraude de un científico en una investigación con la quimioterapia, la sanidad privada o la muerte de un senador anticomunista en 1978?!!!
Sobre el fraude dice que fue una cuestión de «codicia.» Bueno, es cierto. Existe un aumento considerable en los fraudes y las «retractions» (perdón el anglicismo). La presión para publicar es altísima, y muchos investigadores caen en la tentación. A mí me parece un problema muy grave, asociado a la «industrialización» de la investigación. Se produce conocimiento para venderlo, no se genera para el bien común. Algo necesario de contar al que algún día le dedicaré tiempo. Pero de todas maneras la palabra codicia no es la más adecuada, al menos no es una codicia monetaria. Ningún investigador se hace rico. Y los controles por parte de las revistas y las universidades son cada vez más grandes. Os lo digo por experiencia.
«Un medicamento que generó 2,11 millones de dólares en ventas en 2011. Aquello, añadió, suponía más que el PIB de muchos países» ey? De verdad? hay algún país en el mundo con un PIB menor de 2m$?
«nunca ha habido un estudio riguroso que relacione la dieta y el cáncer» Falso. ¿Qué se entiende por estudio? Pues gracias a Dios sólo se puede hacer un estudio epidemiológico a posteriori. O si no, podemos experimentar con un grupo poblacional, poner a todo un Estado, como Texas, a comer hamburguesas para ver si tienen más cáncer… ups.
Frente a la anomalía sinsentido de que una persona con ese estilo de vida sea susceptible al cáncer. (se refiere a una persona que come sólo verde)¿Esta afirmación es irónica? Lo que es un sinsentido es semejante chorrada.
Por otro lado necesitamos reflexionar sobre si queremos curarnos o no de una enfermedad que surge, sí, de la vida. Si hay cáncer es porque hay vida.
Viendo el telediario del NODO, me surgen esas ganas de gritar por escrito, uno de esos escritos nada originales que me surgen de las entrañas de los que luego me suelo arrepentir.
La indigestión es diaria, pero los vómitos hoy los provoca el nauseabundo guión de los periodistas sionistas de TVE. El guión es el mismo, con diálogos más mezquinos si cabe. 3 asesinatos de muchachos israelíes, le meten fuego vivo a un adolescente palestino y retransmiten la brutal paliza de la policía israelí a un niño palestino estadounidense. Obama llama a la calma. TVE, y esa periodista infame, ante los niños palestinos asesinados por el ejército sionista, habla de respuesta israelí a los cohetes de Hamas. “Lo de siempre.”
Buena parte de mi (nuestra) militancia durante estas dos décadas de sequía política ha sido la solidaridad internacional. No por nada durante las Marchas de la dignidad del 22M uno de los comentarios era: “no se ha visto algo así desde las manifestaciones contra la guerra de Irak en el 2003”. Cierto, esas movilizaciones fueron mi escuela. En la actualidad, todo nuestro potencial militante, que ha aumentado considerablemente en los últimos años, se dedica, se enfoca, con toda la lógica en nuestro pueblo, que como territorio periférico sufre duramente el imperialismo económico.
Veo la solidaridad con el Sáhara o con Palestina muy disminuida. Mientras, la ofensiva sionista, con toda la propaganda internacional, se recrudece. Me duele mucho ver la falta de reacción ante los bombardeos sionistas, y ese intento de “solución final,” para terminar de darle la estocada a Gaza. ¿No os da la sensación de que la izquierda política, más numerosa y organizada de nuestra historia reciente, le está dando la espalda a nuestros pueblos hermanos? Más por incapacidad que por otra cosa, seguro. Pero la historia no tan reciente nos enseña que no hay revolución sin internacionalismo. ¿O nos vamos a olvidar ahora de las Brigadas internacionales?
La principal razón de mi vuelta a España, después de los 3 años de 15M, era la de vivir, oler, saborear y sobre todo ¡tocar! esa transformación de este país que estuvo somnoliento por tanto tiempo. Cuando bajo al sur, especialmente cuando visito Córdoba, y sus “Barrios Despiertos”, esas gentes sufridas y luchadoras, “miro la tierra que me ha tocao de andar,” pero después subo al norte y en mi cotidianidad me adapto esquizofrénicamente a esa “casta” (sic) fetichista de la tecno-ciencia, que o bien se lamentan de su precariedad o bien se vanaglorian (en secreto) de ser salvadores de la humanidad. Reniegan en general de la política, demasiado importante su trabajo, demasiado exigente. La actitud de indiferencia no me afecta especialmente, estoy acostumbrado y no es única ni muchísimo menos de este sector. Lo que me hace perder la paciencia es esa actitud victimista en un país donde “el 27% de los hogares no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado cada dos días, según el INE” y siendo el 2º país de Europa con más desnutrición infantil.
Por supuesto que la precariedad existe en nuestra profesión. Por supuesto que hay motivos para quejarse. En mi centro los casos de flexibilidad, acoso laboral, explotación, jornadas laborales de 50 horas a la semana, problemas de conciliación de la vida familiar, que afecta especialmente a las mujeres, etc, etc, son cotidianos. Pero la selección artificial que sufre el científico medio durante su carrera lo hace increíblemente sumiso al poder (en sentido abstracto,) a las reglas, la normatividad… Toda esa inteligencia, esas mentes realmente brillantes (no hay sarcasmo aquí), después son incapaces de reflejar la más mínima rebeldía ante la compañera acosada, escudándose en legalismos. Una cobardía que es más indignante cuando conozco las luchas de trabajadores humildes que terminan en la calle cuando no en la cárcel por defender los derechos de otros.
¿Y qué tiene que ver todo esto con el genocidio palestino? Pues porque ¿cómo puede ser que esta élite intelectual, satisfecha y orgullosa de trabajar más horas que hace 100 años porque va a salvar a la humanidad del cáncer, no sólo no haga nada, no reaccione, sino ni siquiera converse sobre temáticas que afectan al futuro de la humanidad misma? ¿qué mecanismo ideológico hace que personas tan sensibles al sufrimiento individual de un paciente de cáncer permanezcan prácticamente inertes al sufrimiento colectivo?
No tengo una respuesta a esto, pero estoy convencido de que el fetichismo, no el de la mercancía, sino el de la tecno-ciencia es fundamental para explicar esto.
Pero a lo mejor soy yo el fetichista, que espero del intelectual, del científico, a unos Einsteins que escriban por qué Socialismo. Cuando en realidad somos meros trabajadores más o menos artesanos, más o menos explotados, al servicio de un entramado de poderes, en el capitalismo del siglo XXI…
Llevo más de medio año seco, sin nada original que decir, disfrutando de lo que otros dicen pero sobre todo empeñado en la experimentación animal con ratones para intentar, humildemente, acercarnos a encontrar una cura o prevención para el cáncer de próstata metastático. Llevo algo más de tres años trabajando con ratones, y en el nuevo instituto he encontrado unas condiciones en el estabulario sencillamente impresionantes. Estoy muy sorprendido por la profesionalidad y sobre todo la inmensa ética con la que el personal tanto investigador como técnico trata a los animales.
Además de científico soy comunista. Profundamente convencido de que no habrá revolución sin ética revolucionaria. Así mismo creo que no alcanzaremos una humanidad más justa sin un respeto al resto de seres vivos que nos acompañan, o dicho al revés, el maltrato animal es consecuencia de la profunda inhumanidad a la que nos lleva el sistema de explotación capitalista.
Lo que me ha hecho volver a escribir es este artículo.
Este es un debate que hace tiempo que quiero seguir desarrollando. ¿Qué ciencia del s. XXI queremos? Y más concretamente qué biomedicina queremos porque es cierto que el rumbo de la investigación biomédica depende de la presión del capital. No me dejo de sentir prostituido cada día por las multinacionales farmacéuticas.
Antes de seguir quiero apuntar que me ilusioné como el que más con los 5 diputados de Podemos. Pablo Iglesias y La Tuerka hicieron mi “exilio” gringo mucho más agradable.
Otro apunte. Respeto mucho a los militantes, sobre todo en EEUU, que se juegan la cárcel, y a veces la vida, denunciando el maltrato animal en granjas industriales.
Empecemos con el artículo de Ruth Toledano.
No voy a entrar en lo del carácter revolucionario del 15M, de lo que algo he escrito. Me centraré en la parte “científica,” donde se nos acusa a los científicos de casta.
Ruth escribe: “El cientificismo, que considera que los únicos conocimientos válidos son aquellos que se obtienen mediante las ciencias experimentales y reduce, por tanto, el saber humano al conocimiento científico, se inscribe, podríamos decir, en lo más viejo de ese régimen”.
Según mi amigo David, químico en Cambridge: «Esta frase la escribe alguien que siento decir no sabe de lo que habla. Cientificismo es cuando la ciencia sustituye a la religión y se adopta como dogma. Es un defecto en el que se puede caer (y de hecho ocurre) pero ante lo que hay que defenderse con más (aun) pensamiento crítico».
Y es cierto, lo siento Ruth, pero no tienes ni idea de lo que hablas. En este otro artículo tuyo afirmas que la experimentación animal puede ser sustituida por chips o in vitro. En biomedicina eso es imposible. Además, en nuestros centros no nos dejan utilizar tantos animales como queramos, ni hacer lo que nos de la gana. Todo tiene que tener una justificación. ¡Y es que es absurdo porque todo lo hacemos antes in vitro!
El verdadero debate aquí es qué tipo de medicina queremos. Lo de “medicina alternativa” no dice nada. ¿Alternativa a qué? Lo que queremos es que cure. Y para demostrar que cura hay que utilizar el método científico, que no es más que intentar demostrar que algo no es falso.
Y aquí es donde entra la ética. La cuestión de si uso de animales sí o no es, de verdad, irrelevante. Lo que nos jugamos aquí es más que eso. ¿realmente queremos curar el cáncer o el alzheimer? ¿Tenemos en cuenta las horribles consecuencias que puede tener sobre la humanidad y el planeta la erradicación del cáncer y las enfermedades infecciosas? Estás atacando a los que utilizamos animales en experimentación biomédica con el sistema productivo de carne que tenemos, ¿de verdad?
Venga, ¿cuando nuestro padre tiene metástasis de cáncer de próstata y le dan un par de meses de agonía, no queremos que se cure, o que no hubiera pasado? Bueno, pues eso hoy día es imposible sin experimentación en organismos complejos, y ya no te digo en biochips. No se puede entender el mecanismo de acción de un fármaco en un cultivo celular, no tienes ni idea Ruth. No sabes lo que es un cultivo celular. Y decir que no se puede extrapolar a los humanos… pura demagogia. ¿qué nos vas a contar? Jamás diríamos que un tratamiento que funciona en ratones lo hará en humanos. El resto de la comunidad científica se mofaría de nosotros. No, es sólo un paso más, el siguiente es probarlo en humanos.
Con la experimentación en ratones que hacemos ahora mismo en mi laboratorio quizás podremos, en unos años si la financiación lo permite, sensibilizar a los tumores de próstata a la quimioterapia con una simple dieta. La cuestión ética más importante no es si utilizo animales, si no si realmente debemos encontrar una cura del cáncer.
¿estoy aquí aplicando “la tiranía de la especialización” como tú dices? Pues puede que sí. ¿Pero es que vosotros no lo hacéis? ¿Quién ha elaborado buena parte del programa electoral de Podemos? Profesores universitarios según Pablo Iglesias ¿No aplica continuamente Pablo Iglesias una tiranía intelectual del que se sabe “creído,” al afirmar tajantemente en esta entrevista que el keynesianismo producirá empleo, cuando numerosos economistas (como Pedro Montes si no me equivoco), o decrecionistas, afirman que la inversión y el crecimiento puede suceder con destrucción de empleo? ¿No es contradictorio más productivismo y decrecionismo al mismo tiempo?
Los científicos seremos casta tirana, pero tú en este artículo pasas sin escrúpulos de decir que utilizamos animales para seguir obteniendo fondos a la siguiente línea hablar del uso de animales en cosmética. Y lo de igualar los desahucios al uso de animales en experimentación en el último artículo es todo un ejemplo de ética: política y periodística.
Totalmente relacionado con esto está la creación del círculo “Podemos terapias naturales.”
Es un reflejo de una de las principales carencias de Podemos, su falta de cohesión ideológica. Han empezado la casa por el tejado, y si bien están convulsionando la escena política del país, está sirviendo como coladero para todo tipo de disparates oportunistas, de lo peor del quincemayismo hippie, alejado de las problemáticas reales, cotidianas de las masas populares de nuestros países.
Si este arribismo oportunista no se ataja de alguna manera (con democracia, militancia, organización…), el proyecto está destinado a fracasar. No podemos empezar un movimiento amplio insultando a toda una profesión, con unos niveles de precariedad laboral y personal altísimos. Un sector, el investigador, que fue el primero en organizarse con las nuevas tecnologías, de forma horizontal a través de la Federación de Jóvenes investigadores-Precarios. Apuesto a que muchos de los que han participado o participan en la FJI son parte activa en la formación y apoyo a Podemos, por el talante abierto, solidario, anti-dogmas… de la casta científica.
Ruth, espero que te disculpes antes la comunidad científica de este país, y si no, a ver si eres capaz de decirle a la cara a Iván Calvo (premio Investigador Novel en Física Teórica) que también es casta.
Del capítulo de Chicago de El Mundo no Puede Esperar | 2 de marzo de 2014
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Traducido del inglés por El Mundo No Puede Esperar 10 de marzo de 2014
El 27 de febrero, la capítulo de Chicago de El Mundo No Puede Esperar formó parte de una actividad conjunta para proyectar Doctors of the Dark Side (Los doctores del lado oscuro) y hospedar un panel para discutirla. Febrero marca el primer aniversario de la huelga de hambre en Guantánamo por lo que la Coalición de Chicago para Cerrar Guantánamo quería profundizar más en las cuestiones éticas y legales que plantea. El evento superó todas las expectativas. Los tres conferenciantes añadieron profundidad e información específica a lo que de por sí era una película poderosa.
Nuestro primer conferenciante fue el Dr. Frank Summers, psicólogo clínico y psicoanalista activo en la lucha a favor de sancionar a los miembros de su profesión que participen en tortura. Habló sobre los principios en psicología de preservar el yo, lo que incluye preservar los principios que te definen como persona, que son esenciales para preservar el yo. Por lo que si pones tu vida en riesgo luchando contra el fascismo, por ejemplo, esto no es suicida, se está preservando el yo en ese sentido. Rechazó categóricamente igualar la huelga de hambre, incluso si es hasta la muerte, con el suicidio, lo que no me sorprendió, pero esta forma de entender la auto preservación era nueva para mí, y algo importante en lo que pensar. Si lo entendí bien, estaba también diciendo que piensa que hay un conflicto de intereses fundamental en los profesionales médicos para estar en el ejército, donde tienen que seguir órdenes en cualquier caso.
La doctora Irene Martínez, médica, escritora, y cofundadora del centro Kovler para el tratamiento de los supervivientes de la tortura, presentó una perspectiva médica de la huelga de hambre. Ella también rechazó con contundencia el igualarlo con suicidio. Dijo que el médico debe entrevistar al potencial huelguista de hambre para asegurar que la persona no participa bajo coacción, bajo depresión, y entiende los potenciales riesgos, pero que dado que el papel del médico sería apoyar a esa persona todo lo posible (por ej. con información, vitaminas, etc.) En otras palabras, la persona tiene que tomar una decisión informada. Ella habló del deber del médico de respetar y apoyar la autonomía personal, un concepto acorde con lo que el Dr. Summers describía, pero algo distinto también. También dio un brevísima introducción a la larga historia internacional del uso de la huelga de hambre para llamar la atención a una causa, (desde Irlanda y Turquía a las sufragistas en los EEUU) y para provocar respuestas significativas a una reivindicación.
Para finalizar, el Dr. Abdul-Malik, capellán musulmán en la Universidad de DePaul, describió las diferentes visiones dentro del islam sobre la huelga de hambre (algunas la rechazan como un signo de falta de fe y esperanza en Alá, otras (como la suya) lo ven como una expresión de esperanza en la que pones tu última fuerza para luchar por el cambio, por la justicia. Dijo que Guantánamo está diseñado para crear desesperación (como se vio en la película esa noche) por lo que actuar contra esa situación era un acto de esperanza. Dijo que la desesperación y la desesperanza no está limitada a los detenidos, sino que penetra en la comunidad islámica también. Dijo que siempre enfatiza a sus estudiantes en DePaul que, cuando hablen contra el tratamiento que se le da a los detenidos o musulmanes en cualquier sitio, tienen que hablar contra que se trate a cualquiera de esa manera. También contrastó los argumentos éticos contra Guantánamo con argumentos más pragmáticos, como por ejemplo “ de todas maneras la tortura no funciona,” apuntando el peligro que hay en esta última, (entendí su argumento en el sentido de “¿Y si funciona? ¿Estaría bien entonces?) También hizo un apunte interesante durante la discusión: dijo que al gobierno le gusta situar la cuestión en los términos de “¿Estás dispuesto a ceder algunos de tus derechos por la seguridad?” pero en realidad están preguntado “¿Estás dispuesto a ceder los derechos de otro por tu propia seguridad?”
Uno de los hilos conductores de la discusión fue la esperanza, ¿dónde la encontramos? La Dr. Martínez y el Dr. Malik enfatizaron que la mayoría de la gente en este país no estaría de acuerdo con esta tortura (en cualquiera de sus formas) si lo supieran. El Dr. Malik respaldó esto listando todas las cosas que el gobierno de los EEUU hace para intentar evitar que la población de este país sepa, ¡incluyendo el mismo hecho de que hay una huelga de hambre en Guantánamo! Otro hilo argumental fue el hecho de que los prisioneros en este país son mantenidos en condiciones de tortura. Un miembro de la red “Alto a la encarcelación masiva” de Chicago habló desde el público, enumerando las numerosas huelgas de hambre que se están llevando a cabo ahora en prisiones de EEUU contra el aislamiento y apuntando la relación con los prisioneros de Guantánamo que están resistiendo contra su trato inhumano. El Dr. Summers objetó el mismo término “aislamiento” y dijo que se debería llamar “privación sensorial,” porque eso es lo que es, tortura. En otras palabras, nuestra lucha por una justicia básica por los detenidos en Guantánamo y el cierre de ese campo de tortura está conectada con la lucha por el fin de la tortura contra los prisioneros de aquí, y el apoyo a los prisioneros cuando se levantan por sus derechos más básicos.
Os voy a contar el último ataque neoliberal a los derechos de los trabajadores cuyo objetivo es desmontar todo el sistema de derechos conseguidos durante décadas de luchas obreras. Pondré como ejemplo mi comarca, y en concreto mi pueblo y el olivar.
Pongámonos en perspectiva. En Andalucía existe mucho latifundismo, el 53% de la tierra pertenece al 4% de los propietarios. Una acumulación de tierras en manos de unos pocos terratenientes que se da especialmente en el oeste de Andalucía. Sin embargo, en el oriente andaluz, especialmente el granadino, es predominante el minifundio, con pequeñas explotaciones familiares.
Debido a las políticas europeas y a las subvenciones de los últimos 25 años se ha incentivado muchísimo el cultivo del olivar. Sin embargo, las familias del oriente granadino no se han podido basar en la explotación familiar, sino que necesitan de otros ingresos extras trabajando en los invernaderos por ejemplo. Durante los años del crecimiento económico derivado de la burbuja inmobiliaria se redujo a la mitad el porcentaje de trabajadores agrarios eventuales subvencionados. A pesar de esa reducción, el pueblo, Zújar, tiene 3.5 veces más trabajadores agrarios que la media andaluza (según el Sistema de Información Multiterritorial de Andalucía, SIMA). En esos años se dio la peculiaridad de que mucha gente que tradicionalmente había trabajado como jornalero eventual en la temporada de la aceituna estuviera empleada en la construcción. Además, todo el olivar sembrado en las últimas décadas estaba empezando a producir. Por eso muchos agricultores contrataron trabajadores extranjeros, principalmente rumanos, a los que se les paga mucho menos que a un jornalero local, lo que generó no pocos problemas y desagravios. Como en tantas otras cosas, el gobierno central ignoró totalmente esta cuestión.
Con o sin explotación de extranjeros, la economía agraria de la zona no pasó de un mero complemento durante los años del boom, y para muchas familias supone la diferencia entre las colas de Cáritas y la exclusión, y la dignidad. Muchísimas familias se ganan unos euros extras trabajando en la campaña de la aceituna para el familiar, el vecino y conocido. El olivar, pero también la huerta, los jornales en los invernaderos de tomate, y la limosna del paro han mantenido una economía de subsistencia en las últimas décadas.
Los distintos gobiernos neoliberales PP-PSOE, están empeñados en destruir todos los derechos conquistados por los trabajadores, entre ellos el subsidio de desempleo. Uno de los últimos bastiones que está atacando el gobierno del Partido Popular para conseguir su objetivo es el de la agricultura minifundista.
Una primera medida, la represión. Desde principios de diciembre, coches de la GC de camuflaje se apostan en las carreteras de nuestro pueblo controlando los tractores que llevan la aceituna del olivar a la almazara, “la cooperativa.” Es algo realmente novedoso en el pueblo, y los agricultores han tenido que hacer una gran inversión (cierto que en muchos casos más que justificada) para adaptar los tractores a las exquisitas exigencias de las autoridades y la benemérita. 80€ por una luz que se desconecta en un bache, 300€ por no llevar la carga bien tapada. Ya se sabe que el ministro del interior, supernumerario del Opus Dei, Jorge Fernández, está apretando los galones a la Benemérita para que aumente la recaudación. Pero lo que os contamos a continuación es más que una cuestión recaudatoria.
Civiles del Seprona peinan la vega junto con a unos inspectores de trabajo en busca de delincuentes muy peligrosos: agricultores defraudadores. Están multando no sólo a los que tienen a jornaleros sin contratar, sino a todos aquellos que recogen su cosecha mientras cobran el paro o jubilados. Desde el franquismo temprano que no se había intentado reprimir la economía de supervivencia de esta manera. Los abuelos del pueblo suelen contar cómo llevar una carga de leña sin un origen claro era motivo suficiente para pasar bien calentitos la noche en el cuartel de la Guardia Civil. Ahora, trabajar la propia tierra se siente (y se paga) como robar.
Pongamos algunos ejemplos con sus números para entender de lo que estamos hablando.
Existen unos 700 socios en la almazara del pueblo que funciona como cooperativa. En total se procesan unos 4 millones de kg. de aceituna. Eso daría unos 5000 kg por familia, aunque la variación es muy grande. Hay 3 agricultores (familias) que puede llegar a recoger un máximo de 80 mil kg de aceituna. Eso, después de riegos, abonos, combustible, etc, se queda en unos 15mil € aprox. Y hay bastantes que producen entre 10 y 20mil. Eso significa que la mayoría de los socios no llegan a esos 5000 kg.
Los que están cobrando el paro agrario cobran 420€ al mes si son mayores de 52, o menos de 200 si son menores de 52 (porque cobran durante 6 meses.) La familia tipo trabaja los meses de verano en los invernaderos de tomate, unos días en mayo y junio, y todo julio y agosto. Unos 3000€. El resto del año hasta la temporada de la aceituna se cobra el paro, 400 y pico al mes.
Con estas medidas se está criminalizando que una persona eche unos 20 jornales de manera ilegal que les dará unos 1000 €. Ese es el fraude, cobrar 400 y pico mientras se trabaja para lo propio o lo ajeno.
Además, durante años han sembrado y trabajado unos árboles que no sólo les iban a dar el aceite del año, sino un dinero extra para mandar a los hijos a la universidad, reformar la casa, comprar ese kilo de langostinos de nochebuena, etc. Este año, encima, el pueblo entero ha hecho una inversión millonaria en instalar riego por goteo, con la esperanza de que eso aumentaría la producción y compensaría la continua bajada del precio del aceite. Y es que este es otro tema, Zújar vende su producción de aceite a multinacionales, el año pasado a la megacorporación alimenticia Unilever, y otras temporadas a Forges por ejemplo. En alguna ocasión el aceite se ha quedado sin vender hasta un año porque los precios estaban casi por debajo de los costes de producción.
Pues con este panorama, las multas que están poniendo a los que cogen sus aceitunas y están cobrando algún tipo de ayuda (subsidio de desempleo, jubilación, ayuda familiar, paro agrario, etc.) van entre 3000 y 6000€.
Estos días he oído multitud de ejemplos. La pareja de jubilados, ella con cáncer, que en el pueblo de al lado los pillan cogiendo sus aceitunas y son multados. El muchacho, casado, con una ligera invalidez que no le impide trabajar, y que quiere compensar la paga echando unos jornales (menos de 10), para ganar unos 500€ extra. No podrá, porque el dueño de la finca no lo “contrata.” El jubilado, que tiene a sus hijos fuera, pero que no puede coger su propia aceituna (de estos hay decenas.)
El que tiene una producción de unos 20.000kg, que necesita que su yerno y el hermano de este le ayuden (pagándoles). Tiene que sacarse una póliza de unos 800€ que sólo puede usar en su finca. Así, no puede ayudar a la vecina que le ha pedido que coja su aceituna para que no se quede en el árbol.
Aquí hay que tener una cosa importante en cuenta, aunque no se encuentran cifras oficiales, más de la mitad del pueblo cobra el paro en alguna de sus formas, lo que supondrá un ingreso de entre 400 y 1000€ por familia. Para que mi familia pueda recoger su aceituna ha tenido que darse de baja un mes en el paro, son 800€ menos. Pero no olvidemos que la aceituna de esta cosecha no se cobrará (con suerte) hasta noviembre del año que viene. ¿Entonces este mes que comen las familias que dependan de ese ingreso?
Pero, ¿qué objetivos tiene el gobierno con esta represión?
Esta represión es otra vuelta de tuerca a la criminalización del trabajador. Lo que pretende el Ministerio de Interior y/o Trabajo con esta campaña es eliminar el subsidio de desempleo por la puerta de atrás, sin dar la cara, ni siquiera por pantalla de plasma.
Nadie puede creerse que esto lo hacen ni siquiera con un afán recaudatorio o justiciero. Ahora es que quieren acabar con lo que ellos llaman economía sumergida. Un dato claro. En la comarca, y especialmente en mi pueblo, hace años que se declara a hacienda prácticamente todo lo que se produce. Por tanto las administraciones tienen acceso a la producción familiar, sus ingresos, el tamaño y localización de sus fincas, por lo que pueden saber si necesitan contratar mano de obra. Entonces, ¿por qué no han ido a las fincas con mayor producción, por qué han multado a abuelos con 500kg de aceituna?
¿A qué viene lo de mandar a la Guardia Civil escoltando a los inspectores de hacienda a las mismas fincas? ¡Pero si ya tenían esos datos! Los que recibían la maldita visita se lo decían a otros, y la voz rápidamente corría por la vega. Salíamos corriendo de nuestra tierra, dejando atrás aperos y aceitunas. Es muy evidente que no pretenden luchar contra el fraude fiscal y a la Seguridad Social. Dicen los que llevan la almazara que este ataque está siendo especialmente duro del sur de Jaén para aquí. Cierto que existe un aumento de las inspecciones en todo el olivar andaluz y extremeño. Sin embargo, no deja de ser injusto y sospechoso que vayan a por los pequeños agricultores. Porque el 71% del fraude fiscal lo llevan a cabo grandes fortunas y empresas, y eso hace que el Estado deje de recaudar 80mil millones de €. Que no, que esto no es una cuestión recaudatoria, aunque luego lo anuncien a bombo y platillo que el gobierno está luchando contra la corrupción y el fraude. ¡ja!
Otra cosa, no se pierdan las nuevas cifras del paro en nuestro país. Miles de jornaleros y pequeños agricultores dándose de baja del paro a la vez.
Una de las primeras consecuencias de la “escabechina” (como lo llaman en el pueblo) es que aquellos cuya producción valiera menos que el mes de paro, la han dejado en el olivo. Después está generando miedo, y una sensación de desesperanza. Me explico. En la última década se viene dando un fenómeno de transición generacional en los agricultores. Probablemente por primera vez desde la guerra, una buena parte de la juventud no ha tenido que emigrar. Incluso después de la crisis de la construcción que como decíamos ha afectado mucho a la comarca. En el verano a los invernaderos de tomate, el subsidio agrario, los olivos de la familia, el huerto y la chapuza te permitía quedarte, tener una casa e incluso soñar con mandar al niño a la universidad.
Esta escabechina manda un mensaje claro: ¡ni lo soñéis! Los jóvenes de la Andalucía rural tienen el mismo destino que sus antepasados: emigrar. A la vendimia, a las “islas,” al levante o ahora, con el poco inglés, al extranjero. Básicamente, es necesario que la juventud agraria sean carne de cañón del capital internacional, mano de obra barata, reserva de fuerza de trabajo.
A la primera generación rural que soñó con vivir toda su vida donde nació le dice claramente que eso no puede ser así. Este es el primer paso: las ayudas al desempleo no estarán siempre ahí.