¿No es sospechoso que en un blog que se llama Moncadista no haya ninguna entrada dedicada a Cuba?

Pues sí, no es casualidad. A pesar de ser un país que me ha inspirado durante media vida, un pueblo que transmite la energía necesaria para seguir luchando, estudiando, pensando…, no le he dedicado unas palabras.

Pero este no va a ser el típico escrito que vanagloria la Revolución sin más, sino que quiero plasmar todos aquellos debates y discusiones que he tenido durante años con tantos amigos (y menos amigos). Esas discusiones tienen siempre cosas que se repiten. Como toda conversación sobre Cuba. Y eso es lo que quiero desmenuzar aquí. Voy a ignorar los ataques que se hacen desde la mafia terrorista de Miami, que se ha dedicado durante los últimos años a intentar recuperar el poder no sólo envenenando a la opinión pública, sino las aguas y cultivos cubanos, poniendo bombas en aviones y hoteles cubanos, etc. Sólo voy a argumentar todas aquellos prejuicios y desinformación que calan en la gente honesta y luchadora. Siempre con las limitaciones de mi conocimiento, capacidad argumental y de espacio. Y si no tenéis paciencia hasta el final, malinterpretaréis el texto.

También huiré en lo posible del eurocentrismo que tenemos hasta en el tuétano, que parece que nos da el derecho de juzgar todo lo que pase en lo que una vez fue «nuestro» patio trasero.

  1. ¿por qué Cuba?  Pregunta a una persona al azar, ¿quién es el presidente de Venezuela? A continuación pregúntale quién es el presidente de Bolivia y después de Uruguay. ¿A que no sabe el último? Probablemente la persona a la que le estés preguntando diga que no se cree lo que ve en televisión, sin embargo sus conocimientos de política y geografía están condicionados por los dictámenes de la casa blanca o el grupo Prisa. Lo mismo pasa con Cuba, nadie discute sobre Haití, u otro país del mundo. Si se habla de política internacional en la comida, ahí estará la islita. 

No es sólo por lo que decía El Quijote, «ladran Sancho, señal de que cabalgamos», sino también porque Cuba fue la esperanza de millones de personas en todo el mundo y en parte se puede decir que los «ha decepcionado». A diferencia de las «democracias» representativas y parlamentarias, que no pueden decepcionar porque hacen bien su labor, asegurar que los ricos siguen ganando dinero a costa de la explotación.

O sea, que se habla más de Cuba que del resto de países empobrecidos porque ellos SÍ que lo intentan. Los cubanos sí que luchan por otra sociedad, y también se equivocan. Nosotros no nos equivocamos sencillamente porque no intentamos cambiar.

2.  Los «éxitos» de la revolución. Pocos dudan ya de las ventajas sociales que tienen. Sanidad gratuita, universal y de calidad. Un médico cada 150 personas. Una esperanza de vida y una mortalidad infantil envidiable por muchos países «ricos». Aún así de vez en cuando aparecen noticias sobre la longevidad de los cubanos y la atribuyen a una cuestión genética, de «raza», lo cual me da mucha risa. También se reconoce el tremendo nivel cultural, la gratuidad y universalidad de la educación. Es típico oir al turista que vuelve de Varadero, lo sorprendido que está de los conocimientos de Historia del taxista que lo llevó al aeropuerto.

Lo curioso es que esto parece que es una «opción», o sea, que hoy el dictador de turno dice que va a ilustrar a su pueblo y además será un pueblo sano, y lo hace. No, Cuba no es el despotismo ilustrado. La revolución se hizo PARA eso, se hizo por y para el pueblo cubano. Y toda su estructura política, económica, propagandística, etc. se hace pensando en eso.

Y es que parece que Martí dijo eso de que «la cultura os hará libres». Recuerdo una situación muy curiosa en San José de las lajas (provincia de La Habana), en una escuelita de niños con dificultades en el aprendizaje. Estaba yo «pintando» una ventana  y desde dentro no me veían. El día de antes una periodista yanqui muy famosa había entrevistado a Fidel, y dos maestras que estaban solas comentaban la entrevista. Decían orgullosas lo bien que se había defendido Fidel de los ataques de la periodista, y que por qué un dictador iba a dar tantísima educación, cuando ésta «produce» hombres libres. Libres no sé, pero sí gente con más armas para su liberación. 

Hambre, infraestructura, consumo.

Dicen los más mayores que en el 92, durante el «periodo especial», iban a cortar caña con un vaso de agua y azúcar entre pecho y espalda. No existe pueblo culto, poderoso pues, que soporte eso. Y se rebelaron. Se legalizó el dólar en contra de la opinión del Partido y de Fidel. Se hicieron reformas y el año pasado Cuba fue uno de los países latinoamericanos con mayor crecimiento económico.

Esto no quiere decir que los cubanos no sufran dificultades diarias, largas colas para conseguir «la ración» de cesta básica. Pero todos los niños hasta los 7 años tienen asegurado un litro diario de leche. A la vez que conseguir ternera o huevos se hace muy difícil, pero a diferencia con Argentina, la falta de productos básicos no se debe a que estos se estén exportando al extranjero para el enriquecimiento de unos pocos, sino que simplemente no se producen todos los necesarios. Y es que la industria agropecuaria cubana, con su clima tropical, estaba basada en el azúcar hasta los 90, y el cambio productivo no se hace en 10 años.

Todos los años se repite la misma escena. Un huracán barre el caribe y en las noticias dicen: «El huracán X deja X muertos a su paso por el caribe». Dejando de lado la indignante cobertura que han dado los medios a los 3 últimos huracanes que han barrido la zona, la gente suele reconocer la capacidad de la isla para que no haya daños personales. Esto a pesar de que Cuba está entre los 100 países más pobres del mundo. (no hay muchos datos oficiales sobre Cuba). Mientras que República Dominicana es el 71. Sin embargo los muertos de los últimos huracanes se los lleva la isla vecina a Cuba.  He oido argumentos como que la capacidad organizativa para reprimir a la población es la que la salva. Ni para las evacuaciones se respeta la «libertad» individual. Nadie se puede escapar de las evacuaciones. Y no sólo se movilizan a los afectados sino que miles de trabajadores se van a las zonas afectadas a reconstruirlas, voluntariamente.

Repito, la Revolución se hizo para salvar vidas, y eso hace. Aunque sea a costa de…

3. LA LIBERTAD

Tiene miga la palabrita.  Dice la RAE: 1. f. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.

Para mí es la capacidad, la posibilidad real, que tiene el ser humano de decidir y forjar su propio destino, al menos su vida. De decidir qué quiere estudiar, en qué quiere trabajar sin preocuparse por la supervivencia diaria, o al menos sin que esta supervivencia condicione toda la vida. Vamos, lo que siempre se ha dicho, trabajar para vivir o vivir para trabajar. 

El concepto de libertad ha ido cambiando a lo largo de la Historia. ¿eran conscientes los esclavos griegos o los siervos mediavales de su «ausencia de libertad»? En nuestro tiempo, a partir de la revolución burguesa, la libertad es sobre todo individual y se basa principalmente en dos aspectos. La libertad del trabajador para vender su capacidad de trabajo al empresario (a diferencia de la servidumbre) y la libertad de explotar para acumular capital (un buen ejemplo es Fernando Martin, de Martinsa-Fadesa). Por tanto quien diga que en el Capitalismo no hay libertad, no está del todo en lo cierto. De hecho el fascismo es una forma de gobierno que asegura la libertad, la del capital.

Basándome en estos principios y en esta definición de Libertad, los cubanos son las personas más libres de los 100 países más empobrecidos del mundo, y lo son mucho más que el 20% más pobre de los países «ricos». Todo cubano, independientemente de dónde nació, tiene la oportunidad real, efectiva de ser lo que le apetezca. Músico o deportista, médico o campesino, balsero o taxista historiador, político, arqueólogo, todo menos explotador o vago, aunque de estos últimos haberlos, «haylos».

LIBERTAD DE EXPRESIÓN. ¿de qué vale la libertad de expresión cuando esta no influye, no tiene posibilidad de ser masiva? Hoy gracias a internet existe la posibilidad de que cualquiera se exprese, pero sin ninguna capacidad de influencia. No por nada el 80% de la información que se produce en el mundo está en 8 manos. 

Se dice es que en Cuba no hay libertad de expresión, y lo dice una cubana que tiene un blog, super famosa en la isla, y que escribe desde la isla. ¿????? ¿Y cómo lo hace? Le han dado premios, la han ovacionado, porque dice que en la isla no se permite el acceso a internet, que sólo es para privilegiados. Sin embargo, ya en el 2003, vi salas con ordenadores en el pueblo San José de las lajas de acceso público. Pero vayamos al grano, ¡en América Latina tiene acceso a internet el 0.6% de la población! Lo que no dicen los «críticos» es que Cuba sólo tiene acceso a internet via satélite, por el bloqueo, y que tiene una capacidad de 124 mB/s de bajada, ¡para toda la isla!, para el ejército, la investigación, la sanidad, el gobierno, ¡todo!. Eso cambiará gracias a la colaboración con Venezuela, y veremos. Por lo que acusar hoy al gobierno cubano de control sobre el acceso a internet es o especulación (gente honesta) o vil propaganda anticubana.

O no hay libertad de manifestación, sin embargo en el 91 (o 92), hubo manifestaciones en La Habana, o de vez en cuando se ven a las mujeres de blanco manifestándose. ¿cómo las vemos si no hay libertad de expresión ni de manifestación? Será la magia de la globalización que permite ver las cosas prohibidas, aquello «que no es».

Sin embargo centenares de expresiones culturales «subversivas», no muy acordes con el sistema político y cultural cubano, se dan y se fomentan desde la administración. Un ejemplo, el grupo azotobacter

Sé que muchos consideraréis esto demagogia, pero yo he visto más libertad de expresión cultural en Cuba que en la mayoría de países del mundo, gracias a su nivel cultural y de conocimiento. He visto como niños debatían en clase las ¡noticias de Antena 3! O como en el cine Copelia emiten los estrenos bélicos de Hollywood. Sin embargo para mí, esta expresión no es suficiente. Los distintos gobiernos cubanos están tardando mucho en fomentar la participación popular en todos los ámbitos, desde el cultural al político pasando por el económico. (luego hablaré de la democracia cubana).

Como veis no he puesto ejemplos de censura en nuestro país, y los hay, y muchos.

Libertad de movimiento. Es uno de los argumentos más demagógicos y rastreros que se usan. «Es que los cubanos no pueden salir».  

Estados Unidos está dando menos de la mitad de las 20.000 visas anuales que prometió en 1994.

Uno de los grandes males del sur es la fuga de cerebros, cientos de miles de profesionales cualificados emigran a Europa y EEUU.  El país pobre con más justicia social del mundo no puede perder profesionales. Estudiar medicina en EEUU cuesta unos 250.000$, en Cuba es «gratis», pero sí tiene un coste, millones de cubanos trabajan para poder tener 1 médico cada 150 habitantes. O tener a los mejores músicos, deportistas, profesionales en general. ¿Alguien me puede negar que un médico en Cuba no tiene una deuda con su país, con su gente? 

Es diferente al analizar el caso individual, persona por persona, sobre todo si los conoces.  No se puede juzgar a esta gente. Especialmente cuando hablamos de científicos que claramente van a ser capaces no sólo de tener una calidad de vida (=de consumo) mucho mayor, sino que van a desarrollar su potencial intelectual con muchos más medios materiales. Aún así, a pesar de la presión y competencia internacional, Cuba sigue produciendo médicos, artistas, científicos y deportistas muy demandados. Pero también produce medicamentos y vacunas, exporta médicos voluntarios a medio mundo que trabajan allí donde ningún médico «de bien» lo quiere hacer (os recomiendo este documental: En las laderas del Himalaya). Y digo que la «emigración» cubana es en busca de un aumento en el nivel de consumo y no en la calidad de vida porque en Cuba la calidad de vida está por encima de la media mundial. Medida esta como esperanza de vida, niveles nutricionales, culturales, de ocio, intelectuales, etc.

Trabajo voluntario. El Che lo popularizó. Había que construir el hombre nuevo, un ser humano capaz no sólo de dar lo que le sobra, sino de no diferenciar entre trabajo manual e intelectual.  Por lo que si un pueblo te ha dado la oportunidad de ser médico, cosa que no se da en ningún país pobre del mundo, no sólo debes «devolver» ese «regalo» mediante tu profesionalidad, sino que no se te debe olvidar de dónde vienes y por qué, trabajando «voluntariamente», y ese trabajo te será recompensado, pero no económicamente, claro está.

Hay decenas de anécdotas sobre el Che en Cuba. No aceptaba ningún tipo de privilegio, parece ser. No es el caso de la mayoría de la burocracia cubana. Lo he sentido, el cuadro del partido está por encima, tiene privilegios. Pero estos, si los cuantificamos son irrisorios en comparación con los privilegios que tienen nuestros gobernantes. Nuestros reyes y reyezuelos cobran decenas de veces más que la media de los españoles de a pié, no pueden ser juzgados, tienen sueldos vitalicios, etc, etc.  Por tanto, todo juicio de valor que se haga a los privilegios de los políticos cubanos se tienen que hacer sobre la base moral de un país que se supone más igualitario, de un sistema basado en la justicia social. Desde ese prisma, critiquemos, desde el cinismo, callemos.

Mitos:

Homosexualidad. Cuba es un pueblo conservador. Sí, probablemente como toda América, me atrevería a decir como casi todo el mundo. Fidel en su discurso en la universidad de la Habana en el 2005 hizo una crítica demoledora. Luego escribiré más sobre ello. Pero una de las cosas que reconoce es que habían fallado en lo que ellos llaman la «batalla de las ideas». Porque el objetivo de la revolución no era sólo garantizar una vida digna a todos los cubanos, sino construir una conciencia nueva. Y eso no se ha conseguido.

En Cuba el servicio militar masculino es obligatorio. La cultura homófoba que existía en aquellos años hizo que a homosexuales afeminados (odio esta palabra pero no se me ocurre otra mejor) hicieran un servicio militar «diferente». O sea, se les acuartelaba en centros especiales. Aberrante. Pero nunca la homosexualidad fue ilegal. 

Eso se eliminó, pero ha servido como otro arma más de ataque contra la revolución. Con el paso de los años, el cambio de sexo se hizo norma (gratuito, por supuesto), organizaciones de gays y lesbianas celebran congresos, y la «normalización» está llegando. 

DEMOCRACIA Y ELECCIONES.

Nuestro sistema económico y político está tan interiorizado que no somos capaces ni siquiera de imaginar otra forma de hacer las cosas. Si entendemos Democracia como el «poder del pueblo», nuestro sistema está muy lejos de serlo. No decidimos sobre nada importante de nuestro entorno. No influimos en cuánto valen las cosas, o qué se produce y por qué. No influimos en el sistema educativo, sanitario o de seguridad. No decidimos cuánto tiempo tenemos que trabajar para que no haya paro. No decidimos cuántas casas se deben fabricar, etc.

En Cuba la gente sí tiene un poder de decisión directo sobre su vida cotidiana. Pueden «sancionar» a un médico que no haga bien su labor, influyen en la organización del barrio mediante los comités de cuadra, deciden dónde va a ir a parar el presupuesto municipal, etc.

En Cuba hay elecciones. Sólo que la campaña electoral no está basada en el marketing y el dinero, si no en la valía de los candidatos. Éstos son propuestos por la asamblea de cuadra, una persona no puede presentarse a sí misma, y el PCC no puede apoyar a un candidato ni presentarlo. La gente vota al candidato porque lo conoce, tiene acceso a un «curriculum» que se hace público. Todo representante es revocable por la asamblea que lo propuso en cualquier momento. Desde 1976 se celebran elecciones para los órganos del poder popular. En estas vota más del 90% del electorado. Sólo hay que echar mano de los niveles de abstención de cualquier otro país del mundo. No tengo argumentos frente a los que dicen que todo lo que hacen los cubanos lo hacen bajo represión. Votar, manifestarse, participar, opinar, etc. Es el hierro ardiente del desesperado.

Antes del ´76 la correa de transmisión del pueblo al gobierno era principalmente el PCC. Craso error.

En las últimas elecciones a la asamblea del poder popular hubo una renovación de más de la mitad de los diputados.

No voy a entrar en los detalles organizativos de las elecciones y la representatividad, se está haciendo largo el artículo.  Para conocer más lee este artículo. Y hay mucha información por la red.

Y ahora viene la crítica, que si no se ha entendido (o no se ha querido entender) lo anterior servirá sólo para alimentar oscuros deseos aperturistas… 

Difícilmente Cuba podía quedarse al margen de la división política internacional. Tenía que aliarse con el bloque soviético, no le quedaba otra. Pero las ansias de desarrollismo, o más bien, de «aumento del bienestar» a toda costa hizo que la isla se volcara en el monocultivo del azúcar. Algo que pagarían «amargamente» en los 90. 

Pero no sólo a nivel económico se dependió de la URSS, también en la política, pero sobre todo en la ideología. Existía la oportunidad. Se conocían los procesos de Moscú, se tenía la frescura de  los 60 y del caribe. ¿por qué no se aprovechó? ¿Por qué no se implantó otro modelo político socialista? ¿por qué no se fomentó la participación sincera? ¿por qué el «stablishment» cubano no supo leer lo que pasaba en su seno? Las cátedras de marxismo-leninismo son más antileninistas que McCarthy, y sin embargo todavía existen. Lo son porque el marxismo-leninismo fue el arte de la improvisación planificada, no existía como concepto, porque conceptuarlo eliminaba su espíritu, lo encasillaba.  El leninismo existe en la lucha, mutando, evolucionando, fuera de ahí, estancado, es contrarrevolucionario.

El auto-aislamiento «cultural» de la isla, junto con el aislamiento económico del bloqueo, generó un miedo irracional a todo lo extranjero. Los Beatles eran agentes contrarevolucionarios, y sus canciones y letras. Y es verdad, pero prohibirlos lo es más.

Uno de los grandes fracasos del PCC lo reconoció Fidel en el discurso que antes mencionaba. Creyeron que aplicando por decreto la igualdad efectiva se conseguiría la Igualdad social, real. Es lo que hizo Stalin, creyó que aboliendo por ley la lucha de clases llegaría al comunismo.

El ejemplo más claro es que 40 años después del comienzo de la revolución existe lo que yo llamaría «»»racismo intelectual»»» (poner muchas comillas). Hasta la llegada de los barbudos a La Habana la raza negra era sistemáticamente discriminada, eran todavía «esclavos libres» y por tanto no tenían acceso a una educación básica. Esto cambió y se alfabetizó a todos los cubanos, sin embargo hoy día, el porcentaje de negros o de cubanos con antepasados pobres que estudia es menor que el de blancos o con antepasados de clase media. Y su situación económica y cultural sigue estando por debajo del resto de la población. Esto a pesar de tener, repito, «tasas de igualdad» por encima de la media mundial. 

Esto, a mi juicio, es debido a ceguera política. Tal como interpreta Althusser a Maquiavelo, aquel gobernante que cuente con su pueblo será el gobernante de un Estado duradero. Y los gobiernos cubanos han contado con su pueblo, pero durante años no han confiado en él. 

Es también ceguera «teórica», intelectual. Era la pescadilla que se mordía la cola, su dependencia soviética y su miedo a lo «extraño» aisló a los intelectuales cubanos de corrientes de pensamiento que hubieran ayudado y mucho a su «batalla de ideas». Por ejemplo, Althusser, de nuevo. Entender la reproducción (transmisión) de la Ideología como algo independiente (aunque relacionado) de la situación económica y política hubiera ayudado a los agentes educativos a poner freno a las desigualdades «raciales». Fidel llega a buenas conclusiones pero con 30 años de retraso, y con una juventud cubana empapada del consumo, del «marquismo» occidental y de las ansias de objetos tecnológicos.

Para mí la cuestión de uno o más partidos no es crucial. En las democracias «al uso», da un poco igual cuántos partidos haya, los que gobiernen representarán a los comités de empresa, al Capital. En Cuba, los centros de trabajo eligían a los miembros del PCC «en las asambleas de elección de trabajadores ejemplares» para «lograr, en las condiciones históricas concretas, un Partido de calidad y estrechamente vinculado a las masas populares que velan por mantener la pureza de sus filas.» Esa búsqueda de la «pureza», de lo intachable, en las masas cubanas es lo que ha empobrecido la revolución, porque es de la maravillosa impureza de donde surgen las ideas revolucionarias. Y es ese estúpido elitismo lo que ha enturbiado el proceso, y lo ha hecho, además, inmoral. 

No pretendo con esto caer en estúpidos idealismos obreristas. Es necesaria una organización política (o 100, me da igual) avanzada, que sea capaz de ir un paso por delante de las masas, pero que surja de ellas. Pero el PCC se convirtió en una maquinaria de creación y control político. De arribismo y oportunismo. De privilegios. No me creo que haya tanta gente dispuesta a meterse en las juventudes comunistas de Cuba, «desinteresadamente». Evidentemente se obtienen privilegios, muchos de ellos ridículos, que pervierten esa búsqueda de la pureza revolucionaria. Nada comparado con los privilegios que tienen los representantes del capital en nuestro país.

CONCLUSIONES.

En un total aislamiento económico, político y cultural es muy difícil hacer las cosas todo lo bien que se desearía. El miedo a perder los logros de la revolución endurecen hasta pervertir los mecanismos de representación política. Por ello he podido caer aparentemente en contradicciones del tipo «poder real» del pueblo, y la crítica al «control político» del PCC. 

A veces los revolucionarios europeos caemos también en un paternalismo excesivo al decir eso de «hacen lo que pueden». No. Tenemos que hacer una crítica justa, tenemos que aprender de ellos mientras los estudiamos y «criticamos».

Los dirigentes de la revolución han caido en un excesivo humanismo, sí, excesivo. Sus objetivos eran únicamente mejorar la calidad de vida de los cubanos y no avanzar en la creación del hombre nuevo. Eso ha generado un paternalismo bastante perjudicial, que ha terminado con hacer sucumbir al humanismo idealista frente al sálvese el que pueda capitalista. Aunque la guerra no está perdida todavía. Creo que las esperanzas para la revolución cubana vienen de la actual América Latina, irredente. Son esperanzas principalmente económicas, pero también ideológicas y culturales. La mayoría de la gente se fija solo en el bien que hacen los profesionales cubanos en América, pero realmente no son los médicos cubanos en Venezuela los que siembran, sino es Venezuela en esos médicos. Vuelven con experiencias que transformarán, espero, la política cubana.

Siento el tostón, pero hacerlo más corto es no hacerlo. Y aún así me dejo muchas cosas en el tintero que podemos ir rellenando en el debate.