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Hay cientos de escritos sobre la masacre en Gaza. Muchos de ellos muy buenos, un ejemplo. Internet está que arde, una «guerra» mediatizada (en todos los sentidos) donde a pesar del bloqueo informativo israelí se televisan los bombardeos con detalles de lo más escabroso. Edificios que saltan por los aires, niños despedazados por las bombas de fragmentación o achicharrados por el fósforo blanco, armas vendidas en buena parte por nuestro país

Hay muchos detalles que me llaman la atención de esta salvajada, destacaré algunas:

  • El cinismo del PSOE. «Obscenidad descarada«. Que como tantas otras veces (LOU, Irak…) ha utilizado la movilización popular para desmovilizar. Sí, no es ninguna paradoja, es más viejo que el mear. Mejor dirigir un torrente de agua hacia donde no haga daño que intentar detenerlo. 
  • El tratamiento mediático. Me impresionó una entrevista que le hicieron a una pija israelita, que había ido con los amigos a observar el bombardeo desde una posición elevada. Y decía que se alegraba de que por fin invadieran Gaza, que la única manera que había de vivir «en paz» era borrando a los palestinos del mapa. ¡qué los borren de una vez! Eso tras mostrar los bombardeos a las escuelas de la ONU, las cifras de civiles muertos, etc. Vamos, un genocidio.
  • Y la movilización «made in china». Convocatorias via Facebook y pañuelos pseudo-palestinos hechos en China son las nuevas facetas de la movilización antisionista. Y todos a una.

Y todo esto por qué. 

¿por qué La sexta no llama a movilizarse contra la invasión de Ruanda a El Congo? ¿Por qué no se han televisado los 5 millones y medio de muertos que lleva la guerra del coltán? Guerrillas financiadas por las multinacionales y apoyadas por EEUU que están haciendo una limpieza étnica tan salvaje como la israelí, con poblaciones civiles que aunque no estén rodeadas de un muro de cemento tampoco pueden huir del conflicto, donde el arma que incumple la convención de Ginebra es el machete.

La respuesta me la da mi amiga Cuchufletas. En la invasión de Gaza, y en todo el circo mediático alrededor de la misma, se visualizan perfectamente los buenos y los malos. Por un lado los israelitas y por otro los palestinos. Mientras, en El congo los malos somos todos los que compramos móviles, ordenadores… Y alrededor el mundo condenando, criticando, aconsejando con más o menos dureza. La cobardía de la ONU…

Y eso es una desfiguración voluntaria de la realidad. Los dos bandos no son esos. Los bandos son, el Estado israelí con su burguesía al frente, contra todos los oprimidos del mundo. ¡Sean palestinos, sean israelitas! No por nada han prohibido que puedan votar el 20% de su población en las próximas elecciones. La guerra es imperialista, porque es la de los poderosos contra los oprimidos, sean de la nacionalidad que sea. Es una guerra de clases. Por eso el PSOE se esfuerza tanto por estar en el bando «bueno», por eso no rompe relaciones diplomáticas con Israel, por eso la ONU no hace nada.

No podemos hacer un boicot a Israel, en todo caso hagámoslo a las multinacionales israelíes, porque los pobres, los insumisos torturados, los trabajadores, árabes, etc, todos ellos israelitas no tienen acciones en L´oreal. 

La solidaridad con los palestinos pasa por derribar el sistema que necesita de esas guerras, pasa por mirar para casa y alzar la voz contra nuestros opresores, porque los ricos de nuestro país son los que se enriquecen con nuestra miseria y con la muerte de los niños palestinos. Todo es un engranaje sin fin que alimenta al capitalismo.

No expiemos nuestros pecados comprando pañuelos palestinos en Zara y paseando una tarde de sábado, sino preguntándonos qué responsabilidad tenemos cada uno de nosotros en los 5 millones de congoleños muertos, los 1000 palestinos y los 3000 trabajadores españoles asesinados en el tajo… Y sobre todo, qué podemos hacer para cambiar eso.