Alberto Montero escribió sobre la peli, y dije, vamos a verla. Y como él dice, el hilo argumental está cogido con pinzas. Me ha gustado y tiene cosas muy interesantes:
1º: velocidad a la que se producen los cambios ideológicos.
En lo único en lo que estoy de acuerdo con la película, en que los cambios ideológicos, las «crisis» diría yo, se producen a una velocidad vertiginosa. Es verdad que en grupos no se produce en una semana, pero a nivel individual los valores, Ideas, creencias que se tenían como axiomas se pueden ver «revolucionadas» por una experiencia traumática en periodos que pueden ser cortos. Eso es muy interesante tanto para procesos revolucionarios como reaccionarios. Por eso he insistido tanto en otras ocasiones en la importancia del trabajo «cara a cara», más que en la propaganda «de masas». Al pensar en esto me viene a la cabeza las consecuencias del Domingo sangriento encabezado por el padre Gapón, que generó un cambio radical en las reivindicaciones y desembocó en la revolución rusa de 1905.
2º: Fascismo y economía.
Este es uno de los fallos más gordos de la peli. Asume la posibilidad del resurgimiento del fascismo, utilizando sólo la estética, sin hacer un análisis económico. El fascismo fue una forma de Estado capitalista necesario para la implantación del sistema fordista de producción (en lo económico), y por supuesto para el aplastamiento del movimiento obrero revolucionario. Una vez solventada la crisis (política y económica) el capitalismo pudo volver a utilizar su cara más «amable» (sic), y escondió el fascismo en sus entrañas. De eso hablaré dentro de poco en una reseña del libro Gomorra.
3º: Aparatos ideológicos de Estado.
Otro error. El «autor» da por hecho que la escuela sigue siendo un Aparato ideológico de Estado prioritario, como la familia. Por eso insiste en enseñar varios tipos de familias: la desestructurada, la normal y la «liberal».
Sin embargo la realidad es que hoy día la transmisión de valores, la socialización se hace preferentemente a través del «mercado», entendido este en un sentido amplio: publicidad y consumo.
¿por qué no es posible el fascismo hoy día? No porque nuestras democracias sean estables, fuertes y las sociedades estén concienciadas. Patrañas. La realidad es porque el capitalismo, el mercado ya no necesita más ejércitos de trabajadores «azules», sino que necesita ejércitos de consumidores-trabajadores individualizados capaces de una gran flexibilidad laboral que le permita saciar sus ansias de consumo personalizado (tuneado).
Manolo Valle habla de esto en esta charla, que os aconsejo, pero más relacionado al ámbito escolar.
Pero si entendemos el fascismo como el modo violento que tiene el capitalismo de «imponer la explotación» a la clase obrera, entonces el fascismo no puede volver, porque sobrevivimos en él.
Buena película, buen intento, pequeñoburguesa y liberal.
PS: Si queréis el audio de la charla de Manolo Valle con más calidad no dudéis en pedírmela.
19 enero, 2009 at 12:00 am
No conocía la película pero creo que la veré en cuanto tenga ocasión. Yo te dejo otra recomendación cinematográfica, en este caso de un cortometraje: Sugus y Brady (vídeo en Qualid.es) Su autor es un tipo llamado Ander Duque al que conviene no perder la vista porque auguro que lo veremos triunfando en los Goya y cosas así. Un saludo.
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19 enero, 2009 at 1:48 am
Hola salao,
Pues creo que con la temática de esta película te conviene ver «Das experiment». Con respecto a la primera idea, tengo la sensación de que hay cambios ideológicos que son muy progresivos (igualdad de la mujer) y otros muy vertiginosos. Pero que en ciertas situaciones se manifiestan de golpe cambios que ya hacía tiempo que se habían producido.
Me la apunto.
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19 enero, 2009 at 12:00 pm
Hola Alfredo,
Yo vi la película y he de decir que no me gustó nada. Para mi, los cambios en los personajes son excesivamente bruscos, injustificados argumentalmente. Sales de la peli pensando que la característica fundamental del fascismo es la de ser un régimen autoritario (analisis fino fino). Pone al fascismo y al anarquismo en dos extremos opuestos poniendo en el centro al sistema actual, el cual sale como justo vencedor en el final ultramoralista de la película. Señala como elementos intrísecos del fascismo una serie de elementos que son usados día sí, día también por cualquier sistema (¿qué son las banderas nacionales sino símbolos para agrupar y cohesionar a un grupo frente al resto? ¿hace falta que nos acordemos del Europeo de fútbol?).
En fin, es una película interesante para debatir con el guinista, pero creo que argumentalmente es mala y está llena de clichés.
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3 febrero, 2009 at 9:58 pm
Ultimamente sólo descubro blogs interesantes. Será que con esto del paro todos se están haciendo de izquierda o es que estará de moda… el último joven que conocí de izquierdas tenía un facebook y un iPod. Ains…
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4 febrero, 2009 at 12:04 pm
no sabía que si tenías un Ipod y facebook eras de derechas, lo regalaré y me daré de baja.
Y la moda de ser de izquierdas me viene de cuando tenía 13 años…
un saludo
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4 febrero, 2009 at 12:17 pm
No me referia a usted. Me referia a los individuos que dicen serlo y en la practica no lo son. Perdone el mal entendido.
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26 febrero, 2009 at 12:59 pm
La pelicula está basada en un «hecho real». Un profe de un instituto de (creo que) Los Angeles, hace algunos años. El final no es igual pero parece ser que el dire de la peli decidió que fuera un poco crudo porque todos los del equipo de rodaje empezaron a llagar al trabajo vestidos como los personajes y haciendo el gesto de la Ola.
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25 marzo, 2009 at 9:26 am
Buenas Alfredo!!!!
Yo como siempre llego tarde a todos los eventos. La película la vi hace un par de días, y bueno como decía alguien está llena de clichés es cierto, aunque realmente a mi no me llegó ese mensaje sentimentalista y moralista, sí me hizo recordar que hoy día existen bandadas humanas que se unen en grupos de cualquier tipo o con cualquier nombre pero carentes de ideología, la igualdad no existe, la solidaridad desaparece y sí, cualquiera con un poco de carisma puede utilizar, modificar o evangelizar a grupos de personas a su antojo, como nos dice la película, una lástima que nunca sea para un buen fin.
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