A menos de un mes de la lectura de la tesis doctoral uno se hace muchas preguntas de tipo personal, político y filosófico (que para mí son un poco lo mismo).

Si bien en mi vida he «entronado» a pocas personas (mi padre, Lenin y poco más), y con los huevos negros los he puesto en su sitio, sí que es verdad que al terminar la carrera uno piensa que la ciencia ¡»es la polla»! Cuando terminas la tesis piensas que la ciencia ¡es una polla!

Nuestros debates en la universidad en cuanto a la investigación iban en torno a la necesidad de una universidad pública en la que la libertad (sic) de cátedra permitiera escabullirse por los entresijos del Sistema. O una Universidad pública (academia en USA) contrapuesta a los valores del mercado. Por ello, todos los «anti-bricall», anti-LOU y anti-Bolonia, han (hemos) luchado contra la introducción del mercado en la universidad creyendo (ilusos) que el Estado y el mercado son dos cosas distintas.

Unas cuantas verdades:

La investigación es necesaria para el desarrollo de las fuerzas productivas en el Capitalismo. Por eso la ciencia como la entendemos surgió con la revolución burguesa.

El Estado, la superestructura, son los directores de orquesta de TODA la investigación y desarrollo. Desde todos los puntos de vista. Ideológicos, económicos, políticos (en el sentido de partidistas).

No existe la libertad de cátedra. Es una falacia. La investigación pública no se hace por el bien de la humanidad mientras que la privada para obtener beneficios. Otra falsedad. Todos los investigadores del mundo, hasta los cubanos, por muy rojeras que seamos trabajamos para el fortalecimiento y la permanencia de un Sistema injusto, explotador, y todas esas cosas malas malosas que todos conocemos.

En la academia hay que luchar contra investigadores mediocres, contra politicuchos, contra gestores formados en LADE, contra los que ponen la guita, etc. Pero sobre todo contra nuestra ideología. Nuestra cultura, psicología y valores están basados en el reduccionismo y el mecanicismo. A pesar de que el sistema científico internacional, fomentado por la «burguesía», está yendo un paso más allá con el desarrollo de las «ciencias sistémicas».

La cuestión de que la Ciencia está mercantilizada, capitalizada, no es porque los ministros de Sanidad que promovieron que tocaba invertir en células madre porque molaban se hayan puesto la chaqueta de farmacéuticos. Ni de que la Organización mundial de la «Salud» sea una panda de sinvergüenzas y chorizos. La cuestión es más compleja, la ciencia avanza por y para el capitalismo, no es neutral, no puede serlo.

Y aquí me encuentro. Un cuasi doctor buscando curro en yanquilandia porque el capitalismo europeo (España no es Europa) no ve la innovación como un recurso imperial. Y EEUU, a pesar de su declive, sigue apostando por la innovación como método para seguir dominando el mundo. No deja de ser llamativo que sea el Imperio el que más recursos ponga en desarrollar un pensamiento menos reduccionista (simplista por decirlo de alguna manera), que intente abordar la investigación con una «visión de conjunto», a nivel de sistema. Para ello, se utiliza la dialéctica de la naturaleza, la complejidad. Yo diría que es la ciencia que le toca al Socialismo, pero ya la está haciendo el capitalismo estadounidense.

Este post debería titularse «de pacifista en Irak, a imperialista en USA». No es verdad, bromeo. Hay que destruir el sistema desde dentro. Necesitamos personas en los puntos claves del Sistema capitalista, que nos permitan, en conjunto, conocer a la bestia y hacer como el Barón de Munchausen cuando le da la vuelta al lobo y lo deja con los intestinos para afuera y la piel para adentro.

Pues eso, que estáis invitados a la lectura de mi tesis.