El movimiento «Occupy Wall st», con el lema «We are the 99%» se extiende por todo Estados Unidos, cientos de ciudades tienen pequeños campamentos donde se llevan a cabo asambleas, talleres y concentraciones reivindicando al gobierno que gobierne para el pueblo y no para las «corporaciones, las grandes empresas.
Los que ocupan las plazas públicas dicen que son el 99%, refiriéndose obviamente a que el 1% son los dueños de esas corporaciones, a los que piden que salgan de la Casa Blanca. Sin embargo, visitando ya 3 plazas, Nueva York, Durham y Asheville puedo decir que ni son el 99%, ni lo representan. Es importante apreciar en su justa medida lo que en nuestro tiempo, después de años de aparente apatía social, y «fin de la Historia», supone un movimiento como este. Es emocionante. Pero no hace falta ser un genio para darse cuenta de que los que conforman el «movimiento» son estudiantes (o lo fueron), intelectuales, líderes de movimientos sociales marginales, antiguos hippies, pacifistas, etc, etc. Lo son, y los representan. Su obsesión por la no violencia, por la democracia, en contra de las grandes corporaciones financieras, el medio ambiente, etc, no representa las inquietudes «naturales» de la clase obrera. Profundicemos en esto yendo a un panfleto que me dieron en Asheville, la «Declaración de la ocupación», que podéis conseguir en su página web:

De los 22 puntos de la declaración, sólo dos se refiere al «trabajo». Una dice: «Ellos constantemente externalizan la producción, y usan esa externalización para reducir el salario y el seguro médico», y la otra: «Ellos continuamente han hecho todo lo posible para quitar a los trabajadores (los llaman employees no workers) el derecho a negociar un mejor salario y mejores condiciones laborales». Ya está, eso es lo que dicen del 99% de la población los que se autodenominan el 99%. El resto de los puntos van sobre cómo las corporaciones dañan el medio ambiente, se enriquecen con las cárceles o el «colonialismo» (sic), pero sobre todo el que los contribuyentes están pagando los salarios «exorbitantes» de los ejecutivos de Wall st. Y ahí está el quid de la cuestión, aquí y en España. El problema no es la explotación que conlleva miseria, el problema es que, oiga, están abusando.
Buena parte de la energía del movimiento proviene de los miles de jóvenes hipotecados de por vida por los préstamos que pidieron para estudiar una carrera y que ahora son incapaces de pagar, porque no encuentra trabajo. Deudas de 100-150 mil dólares son «normales» en este país. Pero cuidado, los hijos de los «empleados» ni siquiera tienen acceso a esos préstamos. Son los hijos de la clase media de los 60-70 los que en general han tenido acceso a la universidad. Madres que han perdido el trabajo y con ello el seguro médico del pediatra. Pero es que buena parte de la clase obrera no tiene seguro médico. 50 millones sin contar a los «inmigrantes indocumentados».
Me llama la atención también en su insistencia en el pacifismo. En los lemas, las conversaciones, por doquier una y otra vez la «no violencia». Lo que la convierte no en una estrategia del movimiento sino en un fin en sí mismo. Y discúlpenme, pero la clase obrera, con la violencia salvaje que sufre, no tiene como objetivo la no violencia sino el fin de ser objetivo de la violencia, y no es lo mismo. Además, el fin se conseguirá de cualquier modo. Es claro que especialmente en Asheville, con una historia de «hipismo» significativa, este pacifismo se ve reforzado. Eso, y la falta de higiene. Es interesante la historia de Asheville, de la que a lo mejor escribo otro día, pero destacar que siempre ha sido una ciudad liberal y «artística» en un Estado conservador como Carolina del Norte. Un senador de este Estado dijo que habría que rodear de vallas la ciudad y dejarlos morir de hambre; o encerrarlos a todos y echarlos del Estado. Entre otras muchas lindezas.
Resumiendo, podrán mover cielo y tierra, twittear hasta el infinito y más allá, que no movilizarán a la clase obrera estadounidense, que es la que ha sufrido en los «buenos y malos tiempos» sin que la pequeñoburguesía, intelectuales, clase media y demás «entredostierras» se preocuparan por los banqueros malos malosos.
25 octubre, 2011 at 3:37 am
Enhorabuena, estás convertido en todo un reportero. Tal vez debistes estudiar periodismo, como Ammy Goodman. ¿Has pensado en tener contacto con ellos? Igual ya lo has tenido. Ciao!
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25 octubre, 2011 at 8:35 am
Je, el reportero más dicharachero. No me contrataría nadie, ni Goodman. Ya contacté con ellos y he colaborado con Democracy Now en algunas traducciones. Guapas las fotos eh?
Qué piensas del contenido?
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25 octubre, 2011 at 1:17 pm
Buenas,
en cuanto al contenido…Bueno, en España pasa algo parecido, sólo que ahí es aún más exagerado. El 15-M confunde una y otra vez el sistema con errores del sistema. En realidad, los 300 desahucios diarios en España desde hace ya un par de años no es porque a alguien en el ministerio de hacienda se les traspapelase un documento o porque determinada corporación bancaria cayese en «malas» manos; cuando la policía echa a ostias de su casa a familias desamparadas no es porque a un grupo de maderos se les hay ido la olla. Sencillamente cumplen con el sistema, y esto sí que es horroroso.
El 15-M, al menos para mí, confunde una y otra vez coyuntura y estrutura, pero no son los únicos. El texto de Ramonet que te pasé también lo hace. A mí también me sucede. Admito que parece más fácil modificar el sistema e intentar que sea un poco más justo a dedicar la vida entera para hacer la revolución. Pero no siempre lo veo así, no sé, depende del día.
Un abrazo y dale recuerdos a Amy Goodman…
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25 octubre, 2011 at 2:21 pm
Por cierto, hoy han detenido a 70 personas en Oakland, zona popular y de tradición luchadora donde las haya, donde los participantes en el movimiento Occupy Wall Street tiene como en tantos sitios una composición de familias trabajadoras. Apoyemos y participemos con resolución en las luchas y movimientos emergentes (como OWS o 15-M), facilitemos esa composición y perspectiva de clase si es ese uno de los problemas que se les detecte. Como siempre, en la lucha concreta encontraremos la realidad donde seguir avanzando.
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25 octubre, 2011 at 5:14 pm
Hola compañero, sabía que iba a recibir este comentario. Por eso subrayé en negrita: Son los hijos de la clase media de los 60-70 los que «en general» han tenido acceso a la universidad. Y es que el que existan hijos de trabajadores no quiere decir que la composición de clase sea esa, y aunque lo fuese «el programa» no es el de la clase obrera, sino el de la pequeñoburguesía clásica. Si apoyar «con resolución» significa hacerlo con anteojeras que no cuenten conmigo. No soy movimentista. Seguiré apoyando a la vez que analizando los movimientos, pero no ciegamente. El Occupy, por mucha represión que sufra (que la sufre) no representa los intereses de los oprimidos de EEUU. Eso no quiere decir que no se produzca en el futuro, pero para eso tendría que cambiar radicalmente la composición de clase (física e ideológicamente) del movimiento. Y los Occupy no parecen estar por la labor, ojalá me equivoque.
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28 octubre, 2011 at 4:20 am
Alfredo, respóndeme a mi comentario, please. Yo sé que tú no piensas así y me gustaría escucharte. Incluso si te puedes extender un poco hasta te lo agradecería. No te creas que hay mucha gente que intenta distinguir el grano de la paja.
Ciao!
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28 octubre, 2011 at 6:15 pm
Jesús, no te había respondido porque estaba básicamente de acuerdo con la idea de que la mayoría de la gente confunde coyuntura con estructura. La razón principal es por la incorporación, por la asimilación del sistema como parte de la vida, como algo «ahistórico», inmutable en su raíz, pero al que le puedes cambiar la carcasa, como a los móviles. No hay que olvidar como se indica en la editorial de Laberinto que es la clase media, la tradicional pequeñoburguesía la que lidera (en todos los sentidos) estos movimientos, y por tanto, por su ideología, sus intereses (siempre inconscientes), no visualizan un mundo no-capitalista. Por eso las reivindicaciones son principalmente contra los ricos (no contra la explotación), por la democracia (no por la socialista, sino la democracia burguesa), y una y otra vez en contra de toda forma de violencia, como si la clase obrera, la que produce cosas, la que se ahoga en el estrecho o se asfixia en los invernaderos, la mayoría de la población, no sufriera una violencia atroz.
Ya te expliqué en el mail por qué no creo que el capitalismo pueda ser más justo a nivel global. Y digo a nivel global porque el capitalismo lo es, porque no se puede decir, ah, en Suecia se vive bien en el capitalismo, por tanto es posible un capitalismo a lo sueco. Los suecos poseen inmensas plantaciones de te en Uganda donde los trabajadores ganan por poco más que la comida. De ahí viene su bienestar, del imperialismo.
¿dedicar la vida entera a hacer la revolución? No sé, suena un poco a Che Guevara, o a la madre de Gorki. Como me dijo Ale un día, no podría mirarme al espejo el día que me rinda. Pero eso no quiere decir que no podamos disfrutar de la vida, o que haya que sacrificarse a lo mártir. No. En eso he aprendido de los colombianos, hacer la revolución bebiendo, comiendo y si se puede, follando.
un abrazo
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2 noviembre, 2011 at 2:52 pm
Hoy 2 de noviembre el movimiento Occupy Wall Street convoca una importante huelga general en la ciudad californiana de Oakland. Con apoyo sindical esta huelga general es la primera en una ciudad de Estados Unidos desde 1946, de ahí su importancia y simbolismo en el contexto actual. La ciudad de los Panteras Negras vuelve humildemente a marcar caminos de lucha. La convergencia entre el movimiento Occupy Wall Street y el movimiento obrero es compleja y difícil, aunque posible continuando ejemplos como los de hoy de Oakland. Como ha sucedido con el 15-M español con la Marea Verde del profesorado madrileño y las Anti-Retallades catalanas el «movimiento ciudadano» puede converger y transformarse con el movimiento obrero. Porque el movimiento no se ha diluido, ni ha desaparecido, ni está falto de base organizativa: avancemos unitariamente.
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2 noviembre, 2011 at 10:31 pm
Sí, es curiosa la convocatoria de huelga en Oakland, e incluso parece que tiene sus efectos: http://www.truth-out.org/source-port-oakland-effectively-shut-down-solidarity-occupy-oakland-general-strike/1320253405
Lo sigo lo más de cerca que puedo. Pero no deja de ser temerario. El que un movimiento como este convoque a una huelga no quiere decir que se esté acercando al movimiento obrero. En este país los obreros no tienen derecho a Huelga y se necesitaría mucha más conciencia, organización y movilización para llegar ahí. Los sindicatos son parte de los demócratas desde los 40, ¿has leído a Zinn?. Las grandes y elocuentes frases no cambian la realidad, el optimismo no puede ser reemplazado por la ingenuidad.
Sabes? hay un Occupy Duke. Una universidad donde para estudiar hay que pagar unos 50.000$ al año. Obrerísimos. Me pasaré esta semana, a ver cuántos de los negros y los latinos que nos limpian la mierda en la universidad acampan.
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4 noviembre, 2011 at 9:53 am
Hola, soy de Buenos Aires, y lamentablemente nosotros pasamos por una crisis hasta tal vez peor que por la que están pasando en sus países.
La verdad que da pena ver como el mundo va de cabeza al abismo, viendo como repiten al infinito las mismas recetas que los llevaron al fracaso.
Con respecto a los movimientos, si bien estoy de acuerdo, y me considero pacifista, creo que como decía alguien por estas tierras, «para hacer tortilla hace falta romper huevos».
Porque digo esto, porque en un mundo en donde los medios de comunicación imponen la agenda a tratar y están tan incriminados por sus propios intereses, que nunca van a ser más que unos loquitos hippies y postyuppies acampando, para mostrar en sus pantallas. Quitandole toda entidad y propósitos, más cuando el liderazgo es muy laizzes faire, y los puntos de sus declaraciones son generalistas.
Por eso que la concientización de la población debería hacer hincapié en la marcha y movilización, y si querés hasta con piquetes en calles y rutas. Demostrar que nadie esta seguro en el lugar en donde esta parado cuando los gobiernos muestran la espalda al pueblo. Porque los ajustes se saben en donde comienzan pero nadie sabe en donde terminaran, pero sin ninguna duda quien paga siempre las fiestas de los banqueros en complicidad con los gobiernos es el pueblo; con su hambre, con su falta de trabajo, con su falta de educación, con su falta de salud, con su pobreza…
Y mientras se miren en el ombligo y se discuta si estos movimientos son útiles o no, ya es tarde porque por el otro lado van en jet para salvar banqueros, amigos y entenados, hundiendo en su miseria a los pueblos.
Saludos
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