Ayer vi la película Soylent Green, horriblemente traducida al castellano como «Cuando el destino nos alcance«. La conversación que tuve sobre la película me llevó a unir y descubrir varias cosas que voy a intentar contaros.
Lo primero que hay que señalar es que es una peli del ’74. Charlton Heston (sic, cuánto daño hizo El Informal) hace de policía en una sociedad ¿futurista?, en el 2022, donde la acción humana destruye la naturaleza, que junto a la sobrepoblación (creo que dicen que Nueva York tiene 40 millones de habitantes), lleva a una total carestía de alimentos. Lo primero que me llama la atención es que el cambio climático y efecto invernadero (así nombrado) no es por una guerra nuclear, al menos no explícitamente, sino «por la acción del hombre». La película es también una exaltación a la comida, las virtudes de la naturaleza (inexistente), el agua, la higiene, etc.
Os voy a destripar la película, porque supongo que la habréis visto, o por lo menos sabéis de que va. Lo necesito para seguir con el argumento.
La película termina así:
Charlton grita moribundo: Soylent Green is people! Él había descubierto, con la ayuda del otro protagonista de la película, que la comida que la mayoría de la población comía se produce a partir de cadáveres humanos. La compañía que llevaba a cabo eso se llama Soylent Green, con unas analogías bestiales a Monsanto. Corrupta, poderosa, y sin escrúpulos, nadie diría que es una película de ciencia ficción… excepto porque la gente se come a la abuela en galletas.
Desde luego la película es profética, pero nos preguntábamos cuánto de profética. La discusión se basó en si lo de la necrofagia es una metáfora de nuestros tiempos o es una advertencia. Yo creo que ambas cosas, y me explico.
Lo de que es una metáfora supongo que está claro. La comida está manchada de sangre, por activa y por pasiva. Jean Ziegler dice con razón que habiendo el doble de comida que la población mundial necesita, «la muerte por subalimentación de un niño es un asesinato«. En la película se puede ver que un trozo de carne o una manzana es un privilegio de unos pocos, ¿no lo es en Yemen? Una de las recetas del Banco Mundial es «una reducción en la ingesta de comida«, mientras EEUU los bombardea una vez al día con aviones no tripulados (drones). Otro ejemplo de la comida y la muerte es el aumento de la desnutrición en países como México, productores de maíz, porque su precio se dispara por la especulación y el «libre» mercado. O sea, la comida mata, no porque no haya bastante, sino porque está concentrada en unas pocas manos.
La comida está manchada de sangre en su carencia, ¿pero qué pasa en su producción? Me centraré en tres monocultivos especialmente relevantes al respecto. El aceite de la palma africana, la soja y el plátano. Y en un país, Colombia.
Gabriel García Márquez, en su libro más famoso, 100 años de soledad, cuenta cómo la que es ahora una de las grandes multinacionales alimenticias del mundo, La Chiquita Brands, la que otrora fue United Fruit Company, llevó a cabo la masacre de las bananeras. Entonces murieron hasta 2000 trabajadores, pero se puede considerar como «el comienzo» de una larga matanza y desplazamiento que llega hasta nuestros días. No sólo las bananas, la mayoría de los productos alimenticios preparados, o el biodiesel, están manchados de sangre campesina y obrera. La Federación Internacional de Derechos Humanos muestra en un informe que las estructuras militares y paramilitares han cometido en las últimas décadas alrededor de 60.000 crímenes de lesa humanidad. Amnistía Internacional denunció que sólo en el 2004 se asesinó o hizo desaparecer al menos a 1400 civiles . Según la Cruz Roja (CICR), entre enero y marzo de 2008 asistieron a 21.764 personas desplazadas de sus tierras por la violencia, un 45% más. Pero es que se ha demostrado que la United financió el paramilitarismo que acabó con la vida de más de 11.000 personas en la región colombiana de Urabá. Esta violencia y desplazamientos son la consecuencia del despojo de tierras, unos 6 m. de Ha en la época del paramilitarismo, que han pasado de los campesinos, indígenas y afrodescendientes a los terratenientes y multinacionales para la siembra de monocultivos para la exportación.
La producción industrial de alimentos, las multinacionales que la controlan, necesita de sangre humana. La película se convierte pues en una metáfora de nuestros días.
¿Pero por qué digo que además es una advertencia? Obviamente la parte ambiental. Es muy interesante que trate el tema del desastre ecológico no desde el punto de vista de la época, una guerra nuclear, sino por acción del ser humano que lo había destruido todo con su avidez. Y así se refleja en las imágenes del comienzo. Pero también es una advertencia literal con respecto a la necrofagia, y a las cuestiones éticas que llevarían a una multinacional a procesar cadáveres para su consumo, escondiéndolo a la población.
Mucho hemos oído hablar del Dr. Mengele, y la experimentación de los nazis. Pero la mayoría de esos «científicos» fueron condenados en los juicios de Nuremberg, ¿verdad? Lo que no nos enseñaron en los institutos, y mucho menos en los de este país EEUU, es que los japoneses hicieron algo parecido, sino en cierto modo más atroz: el escuadrón 731. Este consistía en un campo de concentración situado en territorio ocupado chino donde se hicieron todo tipo de experimentos médicos con humanos. No me extiendo en los detalles, los podéis leer en wikipedia. Donde quiero llegar es a que a diferencia de los médicos nazis, estos japoneses fueron amnistiados por EEUU a cambio de que se cedieran todos los resultados obtenidos de esos experimentos al gobierno estadounidense. Y es que «ellos no podían hacerlos en EEUU». Esos resultados fueron necesarios para el desarrollo de la medicina moderna.
Y es que la experimentación en la sanidad está manchada de sangre humana incluso en tiempos «de paz». En EEUU se llevó a cabo durante 40 años, hasta 1972, un experimento con 400 hombres negros infectados con sífilis. Los médicos les dijeron que tenían «mala sangre» y no los trataban con penicilina. De esta manera pudieron estudiar el progreso de la enfermedad hasta la muerte. Se hizo para encontrar «tratamientos» más efectivos. Otras aberraciones que se han hecho «recientemente» en este país son por ejemplo las esterilizaciones masivas a disminuidos físicos y psíquicos, ¡terminaron en 1972!. Los matrimonios interraciales eran ilegales hasta 1976 en Carolina del Norte. Las famosas células HeLa que todos los biólogos celulares hemos utilizado en nuestros experimentos provienen del cáncer de útero de Henrietta Lacks (HeLa)… sin su consentimiento.
Podría seguir dando ejemplos. Los ensayos clínicos que las farmacéuticas hacen en la India sin que haya consentimiento del conejillo de indias (sic). O lo que se hace en África, de lo que se ha hecho documentales y la película el Jardinero Fiel.
La ética, como la moral o la cultura, no son atributos ahistóricos. Son fruto de la democracia (en un sentido amplio). El capitalismo, así como otras formaciones sociales de clase, tiende al autoritarismo y al bestialismo. Las ansias de acumulación tienen que ser contrarrestadas por los pueblos para no caer en ese canibalismo metafórico. Esta película es una advertencia de lo que las multinacionales harán en sus ansias de poder y capital si se dejan fuera del control democrático o popular.
Os dejo una canción de Bruce Dickinson sobre el Escuadrón 731, y la letra.
The breeding house stood at 731, He was just a working man And he worked with his hands and prisoners He set a judgement on his fellow man Secret sight was his game, Justified by war His spawn lay in the freezer The killers that wore his name The breeding house, you were there And the sins of your fathers, In the breeding house The breeding house, 731 And the sins of your fathers Are the sins of your sons Maybe within childhood He pulled off spiders legs Now he's a big boy Playing with big boys toys He's playing games he won't forget A contract for some research, A paycheck in the mail A secret that defended By the ones who should have ended it Angels of death in a white coat There's thousand ways of dying, So obscene, so obscene when Washington was blaffened About knickers and G-strings And men were busy Hiding evil things, evil things Come to see the carnival, Come to witness fear Come to see deformity, Human life is here A double-blind experiment On who's the last to die A fifty year conspiracy Of murders and of lies
29 mayo, 2012 at 4:03 am
No es el intermedio, sino El Informal: ¡¡¡culebraaaasssss!!!
Anoche también vi la peli, y creo que el problema está en que, una vez que acabemos con el Estado, lo que nos daría miedo es que lo sustituya una megacorporación. De ahí, que hay que evitar el monopolio. El problema, son los monopolios. Creo que ese es el argumento de la película: los monopolios pueden hacer cualquier cosa con nosotros.
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1 junio, 2012 at 7:04 am
Interesante tu texto, como tantas otras veces.
Es verdad que Charlton Heston pasó por ser uno de los personajes más reaccionarios del mundo del cine ya en su última época (para El Informal, para Michael Moore,…) , pero algunas pelis, como «El Planeta de los SImios», en plan crítico-utópico son muy, pero que muy recomendables. Incluso Arnold Schwarzenegger las tiene: «Perseguido» o «Desafío Total». Curiosa la deriva ideológica de la peña…
Me parece que has tomado el asunto de la comida de la película muy literal, con las alusiones a las multinacionales de monocultivo, etc. El análisis de la ideología de este tipo de cine me suena a mí a otra cosa, no sé. Sobre todo cuando descubren que de lo que se alimentan es de seres humanos. Algo así como que, en última instancia, son las personas las que se devoran a sí mismas: el capitalismo interiorizado, los análisis de Manolo Valle, etc, etc. Ese tipo de cosas. Vamos, en mi opinión.
No obstante, muchas gracias una vez más por darnos tanta información.
Un abrazo.
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1 julio, 2012 at 10:07 pm
“Cuando el destino Nos alcance” es otra de esas películas que, al igual que “Fahrenheit 451” o “1984” entran de lleno en el género “distópico”. Presentándonos un futuro desesperanzador pero no ajeno a nosotros. Ya que con el cambio climático, la superpoblación y el hambre, nuestro mundo no difiere tanto del que refleja el film.Nos encontramos así, con un film de ciencia-ficción al servicio de un thriller apocalíptico que juega con tres ideas básicas de gran relevancia actual: el cambio climático, la superpoblación, y el monopolio de los recursos por parte de una minoría empresarial. Un relato solvente que expone una trama policíaca en un entorno apocalíptico, con lo cual viene a ser un claro precedente de obras maestras como Blade Runner, aunque, eso sí, la obra de Fleischer no aprovecha la temática y el escenario de forma tan sugestiva, como sucede en el filme de Ridley Scott. Ya que Fleischer realizó una película correcta pero muy alejada de sus grandes obras anteriores.
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