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El blog de Moncadista

Nací un 26 de julio…

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Batman con el pin del TeaParty

A mí me gusta el cine de ficción, de verdad, no sólo veo pelis independientes. Las últimas que me he tragado en el cine han sido la de Alien y esta de Batman. La de Alien tiene un punto interesante cuando resulta que los aliens son parte de un arma biológica… ups, destripada.

Batman es de superhéroes, por tanto no puedo esperar nada progre, pero viniendo del director que viene, que se curró Memento, pues como poco me esperaba una peli de ficción y acción, entretenida. The Dark Knight rises no es una película más de superhéroes que vencen al malo maloso. Esta película tiene una cantidad de propaganda que la hace hasta humorística en algunos momentos (las banderas deshilachadas, el himno, los puentes, la columna de policías enfrentándose a los manif…perdón, a los villanos, etc…). El guión está lleno de borrones y comentarios de alguno del Departamento de Estado, fijo.

Yo iba a escribir sobre la película, pero es que ya lo ha dicho todo Bernabé. Por favor, leed ese interesantísimo artículo que subrayo totalmente.

Pero yo voy a profundizar en otro aspecto reaccionario de la película, el de la crítica feroz al Estado. Si en algo coinciden los villanos, esta vez perroflautas con rastas pero que provienen del lejano oriente, y los héroes (representantes de las multinacionales) es en su crítica a la corrupta burocracia. El gobierno es corrupto, los altos mandos del ejército y la policía también. Por su culpa, los niños huérfanos, con la ciudad, pueden desaparecer. Los niños vienen de un orfanato al que el filántropo Batman (el de día) había estado cuidando hasta que se arruinó por culpa del ecologismo. Pues estos huérfanos iban a ser salvados por el típico policía héroe 11 de septiembre (Robin), pero la burocracia los condena, menos mal que la multinacional, el rico, con máscara de héroe los salva, de nuevo.Y es que se insiste hasta el aburrimiento de la importancia del dinero, y sobre todo de los que lo tienen, en el equilibrio y el bienestar de la mayoría.

Generalmente la propaganda de Hollywood quería enseñar que aunque el sistema no era perfecto, la buena voluntad de las personas ligada a los resortes del Estado equilibraban de nuevo la situación. En este caso, la rebelión es caos e injusticia, y el bien viene de parte de la compañía, en plata, de la burguesía, no del Estado. Porque ante los excesos del capital financiero, escenificada en la bolsa, se plantan otros ricos con moral, mientras, demonizan cualquier acción colectiva contra el Capital. Confiemos en los buenos ricos (Romney?)…

Cada escena de la película tiene alguna referencia estética o lingüística a esa propaganda. Si queréis, ved el vídeo de un flipao que ha reproducido el discurso de Bane (el malo), delante de una cárcel, a la que llama símbolo de opresión. Otro de los discursos que da, que no encuentro, es en el estadio de fútbol. Después de reproducir enterito el himno cantado por una voz angelical, yo estoy seguro de que dice: «somos anónimos», con una pantalla al fondo, haciendo referencia al movimiento Anonymous. Los que la hayáis visto en español corregidme.

En inglés. Debajo traduzco alguna parte.

«Pueblo de Gotham, delante vuestro se erige un símbolo de opresión, la prisión Puerta negra….. Quitaremos Gotham a los corruptos y opresores de látigo que durante generaciones os han tenido abajo…. Gotham es vuestra (del pueblo) y nadie debería interferir con vuestros deseos….»

Otras referencias al movimiento Occupy Wall st. están en llamarse «ciudadanos», en luchar contra los corruptos y los ricos, en que la película empieza ocupando Wall st… Aunque el guión lo escribiera en el 2009, y por mucho que se empeñe Nolan en decir que no pretendía meter la política, me cuesta creer que no haya premeditación y alevosía en muchas de las escenas.

Antes de empezar la película y viendo los trailers de los próximos estrenos, me preguntaba por qué el Departamento de Estado de EEUU está poniendo tantísimo dinero en propaganda. ¿Será que saben algo que nosotros no sabemos? ¿Será que los disturbios anti-raciales de Disneyland pueden crecer? ¿O es el Tea Party? Porque el ataque al Estado es continuo, a la par que la defensa de sus símbolos (Bandera, patria, orden, policía, héroes, ciudadanía, etc), muy en la línea de sus ideólogos. Esto me lleva a la cabeza el tema del 25 de septiembre y la posible derechización del movimiento en España.

Para los que estéis pensando que al final no deja de ser una película, no podéis olvidar que en este país la gente mata por estas películas. Que 200 millones de estadounidenses son totalmente acríticos y engullen (¿cómo no?) esta propaganda, viven en una película. Y la escenografía está cuidada al detalle para confundir en el subconsciente las noticias de la FOX sobre Occupy y la primavera árabe, y su adorado Batman. Como dice Bernabé, ¿cuándo Batman se puso el pin del Teaparty?

Sin embargo hay gente que ve otra cosa.

Lo positivo es que está generando un gran debate en la red, cientos de artículos hablan sobre ello, ya es algo.

Monsanto is people!

Ayer vi la película Soylent Green, horriblemente traducida al castellano como «Cuando el destino nos alcance«. La conversación que tuve sobre la película me llevó a unir y descubrir varias cosas que voy a intentar contaros.

Lo primero que hay que señalar es que es una peli del ’74. Charlton Heston (sic, cuánto daño hizo El Informal) hace de policía en una sociedad ¿futurista?, en el 2022, donde la acción humana destruye la naturaleza, que junto a la sobrepoblación (creo que dicen que Nueva York tiene 40 millones de habitantes), lleva a una total carestía de alimentos. Lo primero que me llama la atención es que el cambio climático y efecto invernadero (así nombrado) no es por una guerra nuclear, al menos no explícitamente, sino «por la acción del hombre». La película es también una exaltación a la comida, las virtudes de la naturaleza (inexistente), el agua, la higiene, etc.

Os voy a destripar la película, porque supongo que la habréis visto, o por lo menos sabéis de que va. Lo necesito para seguir con el argumento.

La película termina así:

Charlton grita moribundo: Soylent Green is people! Él había descubierto, con la ayuda del otro protagonista de la película, que la comida que la mayoría de la población comía se produce a partir de cadáveres humanos. La compañía que llevaba a cabo eso se llama Soylent Green, con unas analogías bestiales a Monsanto. Corrupta, poderosa, y sin escrúpulos, nadie diría que es una película de ciencia ficción… excepto porque la gente se come a la abuela en galletas.

Desde luego la película es profética, pero nos preguntábamos cuánto de profética. La discusión se basó en si lo de la necrofagia es una metáfora de nuestros tiempos o es una advertencia. Yo creo que ambas cosas, y me explico.

Lo de que es una metáfora supongo que está claro. La comida está manchada de sangre, por activa y por pasiva. Jean Ziegler dice con razón que habiendo el doble de comida que la población mundial necesita, «la muerte por subalimentación de un niño es un asesinato«. En la película se puede ver que un trozo de carne o una manzana es un privilegio de unos pocos, ¿no lo es en Yemen? Una de las recetas del Banco Mundial es «una reducción en la ingesta de comida«, mientras EEUU los bombardea una vez al día con aviones no tripulados (drones). Otro ejemplo de la comida y la muerte es el aumento de la desnutrición en países como México, productores de maíz, porque su precio se dispara por la especulación y el «libre» mercado. O sea, la comida mata, no porque no haya bastante, sino porque está concentrada en unas pocas manos.

La comida está manchada de sangre en su carencia, ¿pero qué pasa en su producción? Me centraré en tres monocultivos especialmente relevantes al respecto. El aceite de la palma africana, la soja y el plátano. Y en  un país, Colombia.

Gabriel García Márquez, en su libro más famoso, 100 años de soledad, cuenta cómo la que es ahora una de las grandes multinacionales alimenticias del mundo, La Chiquita Brands, la que otrora fue United Fruit Company, llevó a cabo la masacre de las bananeras. Entonces murieron hasta 2000 trabajadores, pero se puede considerar como «el comienzo» de una larga matanza y desplazamiento que llega hasta nuestros días. No sólo las bananas, la mayoría de los productos alimenticios preparados, o el biodiesel, están manchados de sangre campesina y obrera. La Federación Internacional de Derechos Humanos muestra en un informe que las estructuras militares y paramilitares han cometido en las últimas décadas alrededor de 60.000 crímenes de lesa humanidad. Amnistía Internacional denunció que sólo en el 2004 se asesinó o hizo desaparecer al menos a 1400 civiles . Según la Cruz Roja (CICR), entre enero y marzo de 2008 asistieron a 21.764 personas desplazadas de sus tierras por la violencia, un 45% más. Pero es que se ha demostrado que la United financió el paramilitarismo que acabó con la vida de más de 11.000 personas en la región colombiana de Urabá. Esta violencia y desplazamientos son la consecuencia del despojo de tierras, unos 6 m. de Ha en la época del paramilitarismo, que han pasado de los campesinos, indígenas y afrodescendientes a los terratenientes y multinacionales para la siembra de monocultivos para la exportación.

La producción industrial de alimentos, las multinacionales que la controlan, necesita de sangre humana. La película se convierte pues en una metáfora de nuestros días.

¿Pero por qué digo que además es una advertencia? Obviamente la parte ambiental. Es muy interesante que trate el tema del desastre ecológico no desde el punto de vista de la época, una guerra nuclear, sino por acción del ser humano que lo había destruido todo con su avidez. Y así se refleja en las imágenes del comienzo. Pero también es una advertencia literal con respecto a la necrofagia, y a las cuestiones éticas que llevarían a una multinacional a procesar cadáveres para su consumo, escondiéndolo a la población.

Mucho hemos oído hablar del Dr. Mengele, y la experimentación de los nazis. Pero la mayoría de esos «científicos» fueron condenados en los juicios de Nuremberg, ¿verdad? Lo que no nos enseñaron en los institutos, y mucho menos en los de este país EEUU, es que los japoneses hicieron algo parecido, sino en cierto modo más atroz: el escuadrón 731. Este consistía en un campo de concentración situado en territorio ocupado chino donde se hicieron todo tipo de experimentos médicos con humanos. No me extiendo en los detalles, los podéis leer en wikipedia. Donde quiero llegar es a que a diferencia de los médicos nazis, estos japoneses fueron amnistiados por EEUU a cambio de que se cedieran todos los resultados obtenidos de esos experimentos al gobierno estadounidense. Y es que «ellos no podían hacerlos en EEUU». Esos resultados fueron necesarios para el desarrollo de la medicina moderna.

Y es que la experimentación en la sanidad está manchada de sangre humana incluso en tiempos «de paz». En EEUU se llevó a cabo durante 40 años, hasta 1972, un experimento con 400 hombres negros infectados con sífilis. Los médicos les dijeron que tenían «mala sangre» y no los trataban con penicilina. De esta manera pudieron estudiar el progreso de la enfermedad hasta la muerte. Se hizo para encontrar «tratamientos» más efectivos. Otras aberraciones que se han hecho «recientemente» en este país son por ejemplo las esterilizaciones masivas a disminuidos físicos y psíquicos, ¡terminaron en 1972!. Los matrimonios interraciales eran ilegales hasta 1976 en Carolina del Norte. Las famosas células HeLa que todos los biólogos celulares hemos utilizado en nuestros experimentos provienen del cáncer de útero de Henrietta Lacks (HeLa)… sin su consentimiento.

Podría seguir dando ejemplos. Los ensayos clínicos que las farmacéuticas hacen en la India sin que haya consentimiento del conejillo de indias (sic). O lo que se hace en África, de lo que se ha hecho documentales y la película el Jardinero Fiel.

La ética, como la moral o la cultura, no son atributos ahistóricos. Son fruto de la democracia (en un sentido amplio). El capitalismo, así como otras formaciones sociales de clase, tiende al autoritarismo y al bestialismo. Las ansias de acumulación tienen que ser contrarrestadas por los pueblos para no caer en ese canibalismo metafórico. Esta película es una advertencia de lo que las multinacionales harán en sus ansias de poder y capital si se dejan fuera del control democrático o popular.

Os dejo una canción de Bruce Dickinson sobre el Escuadrón 731, y la letra.

The breeding house stood at 731,
He was just a working man
And he worked with his hands and prisoners
He set a judgement on his fellow man
Secret sight was his game,
Justified by war
His spawn lay in the freezer
The killers that wore his name

The breeding house, you were there
And the sins of your fathers,
In the breeding house
The breeding house, 731
And the sins of your fathers
Are the sins of your sons

Maybe within childhood
He pulled off spiders legs
Now he's a big boy
Playing with big boys toys
He's playing games he won't forget
A contract for some research,
A paycheck in the mail
A secret that defended
By the ones who should have ended it

Angels of death in a white coat
There's thousand ways of dying,
So obscene, so obscene
when Washington was blaffened
About knickers and G-strings
And men were busy
Hiding evil things, evil things

Come to see the carnival,
Come to witness fear
Come to see deformity,
Human life is here
A double-blind experiment
On who's the last to die
A fifty year conspiracy
Of murders and of lies

Las mil caras del capitalismo en EEUU

Uno de los objetivos de mi «estancia» en EEUU es conocer en profundidad su cultura, sus valores, idioma, sus luchas e historia, etc. Esta semana ha sido muy fructífera en ese aspecto. Con mi intérprete cultural a mi lado he asistido al festival «Full Frame«, que se traduciría algo así como encuadre completo.

Haré comentarios sobre los documentales-películas relacionados con el capitalismo en EEUU (aunque en ningún momento sea algo explícito en las pelis), y a ver qué sale.

La primera película de la que quiero hablaros es Matewan, 1987, de John Sayles. Se ha convertido en una de mis películas favoritas. Es una historia de trabajadores humildes que gracias a una teoría revolucionaria sencilla, respetuosa e inteligente logra unir a hombres y mujeres, estadounidenses e italianos, negros y blancos por un mismo objetivo, y contra un mismo enemigo: «el que no trabaja». La Batalla de Matewan como es conocida sucedió en 1920. Me llama la atención que apenas tiene referencias en español, aquí y en wikipedia podéis leerlo en inglés.

Quiero centrarme en tres aspectos de la historia y la película que me interesan mucho: la democracia, la unidad y la violencia.

Al pueblo donde los mineros están en huelga llega un tipo del sindicato que se reúne con lo que sería el comité de huelga y dice esto: (debajo está la transcripción)

¿Queréis que se os trate como a hombres? ¿Tratados justamente? No sois hombres para esta empresa. Sois material como las palas, las vagonetas, o los barrenos. Os utilizan hasta que os largáis, no servís o morís en un deslizamiento de tierras, y entonces cogerán a otros. Poco importa el color o de dónde vengan. Poco importa el carbón que podáis sacar o desde cuándo vuestras familias viven aquí. Pero si os quedáis aislados les estáis haciendo el juego. ¿Creéis que este hombre es vuestro enemigo? (señalando al negro). Es un obrero. Un sindicato que rechaza a este hombre no es ya un sindicato. ¡Es un puto «club»! Estáis luchando blancos contra negros. Los nacidos aquí contra los extranjeros. Mineros contra mineros. ¿Cuándo os enterareis de que solo hay dos grupos en este mundo? Los que trabajan y los que no trabajan. Vosotros trabajáis…y ellos, no… Es lo único que debería contar. Habéis dicho que teníais fusiles. Sé que sois todos muy valientes. Y sé que estáis listos para luchar contra la empresa, si es necesario. ¡Pero la empresa no quiere este sindicato! ¡El gobierno estatal tampoco lo quiere, y el gobierno federal, tampoco ¡Y lo que esperan es una razón para intervenir! Señores, estamos sobre un barril de pólvora. Una chispa en el momento equivocado, y todo habrá acabado para nosotros! Por eso debemos actuar despacio y con cautela. Debemos organizarnos establecer las bases. Debemos trabajar todos juntos. ¡Unidos! Hasta que ya no puedan sacar su carbón sin nosotros. ¿Cómo se pueden cerrar las minas sin dinamitarlas? Los mineros deben ir a la huelga. ¡Todos!

Para vencer al enemigo que te considera otro elemento de la maquinaria hace falta unidad entre todos los trabajadores. La unidad no es fácil, porque el enemigo trata en todo momento de dividir a esos que trabajan, por raza, origen, género o religión. Y la película muestra todas esas dificultades, y cómo en las necesidades de la lucha se superan las diferencias. Esa unidad no está libre de esquiroles, traidores, contradicciones y violencia, sobre todo violencia. En nuestros días, tanto en España como en EEUU observamos cómo el Capital y su representante en la Tierra, el Estado, monopolizan la violencia. Pero no siempre ha sido así. Los huelguistas asturianos en el ’34, o las huelgas de principios de siglo XX en EEUU, entre ellas esta que ocurrió realmente en Matewan, han utilizado la violencia directa para defenderse. Al final de la película el responsable del centro de estudios documentales (o algo así) dio una pequeña charla sobre las huelgas mineras y su evolución. A este hombre lo entrevistaré dentro de poco, pero comentaré algo muy interesante. En los años 80 en el mismo Estado de Matewan, Virginia Occidental, hubieron huelgas mineras. En una de ellas se generó todo un movimiento de resistencia noviolenta con cajas de resistencia.

El que la unidad es necesaria es obvio, pero a qué me refiero con la democracia. Tanto el Sheriff como algo que vendría a ser el «alcalde», que en este país ambos son normalmente electos, están con los trabajadores. Pero también lo están los que tienen pequeños comercios, hostales, etc. El que da el discurso en el vídeo es un sindicalista enviado por el sindicato para apoyar y organizar la huelga. A pesar de hacer todo lo posible para evitar la violencia visceral, irracional, y de luchar por la unidad, acata las decisiones de la asamblea y no deja de trabajar por los intereses de los trabajadores. La violencia directa ejercida por parte de los trabajadores no puede ser juzgada externamente, aplicando juicios morales abstractos, ajenos a las condiciones reales de esos trabajadores. Y lo que es más importante, tal como se refleja en la peli, la violencia es legítima cuando es una decisión tomada de manera puramente democrática.  Otra cosa es que sea acertada por sus consecuencias.

La describiré con adjetivos: actual, imprescindible, solidaridad, honor, unidad, humildad, contradicción, sufrimiento, esperanza,

El jueves vino «una de arena» con el documental «La guerra invisible«. En él se retrata el escandaloso dato de que miles de mujeres son violadas en el ejército estadounidense por sus compañeros y superiores. Sólo en el 2011 se calcula que 19.000 mujeres sufrieron abuso sexual en el ejército. Un tema que prometía. Sin embargo, toda la película es pura propaganda del Sistema llena de sentimentalismo, individualismo y patriotismo. Como las pelis de Hollywood donde a pesar de que hay polis y jueces malos, al final el sistema es el que gana. Las mujeres, a pesar de ser violadas por el ejército, y obviadas por el Sistema, sin pensión, sin seguridad social, abandonadas, siguen,  en su mayoría, pensando que estaban sirviendo (defendiendo) a su país, que era un trabajo que les llenaba.

El documental no saca ni una sola imagen de lo que es el ejército, una máquina para hacer la guerra. No hay combates o campos de batalla. En toda la película de dos horas se menciona una sola vez Irak, y es cuando cuenta que el padre de una de las mujeres violadas en total impunidad y soledad, pasó un año combatiendo en Irak después de que su hija fuera violada por un comandante y después expulsada por denunciar. A él le hacen una entrevista, donde entre lágrimas, no entiende cómo una institución tan ejemplar como el Ejército de los EEUU puede permitir que criminales sigan impunes. Todo es cuestión de que una organización buena como el ejército de los EEUU, no es perfecta. Necesita retoques, para que esos criminales no queden impunes. Curioso el hecho de que el porcentaje de violadores dentro del ejército es del 10% (cifras del gobierno), ¡el doble que en la sociedad! Ojo: el 5% de los hombres en la sociedad estadounidense han cometido una violación.

Inciso. Me comentaba al salir  mi compi que las chicas solían sufrir violaciones en las fiestas universitarias y de instituto, especialmente si se emborrachaban. O sea, que es algo que las chicas tienen muy presente en este país. ¡Algo insólito para mí! ¿habéis escuchado algo semejante en España? La propaganda contra el abuso sexual del ejército no puede ser más ridícula: «Espera a preguntarle cuando esté sobria«.

La sala estaba llena, más de cien personas que no paraban de murmurar, rechistar y menear la cabeza. ¡Estaban escandalizados! Todos esos blancos liberales estaban enfadadísimos porque su insignia tenía una mancha intolerable. No amigos, no es hipocresía, por desgracia es ingenuidad. La organización más criminal que la Humanidad nunca tuvo, el ejército de los EEUU, y resulta que sus ciudadanos se escandalizan porque los soldados «violan» más que la media. No les preocupa que las violaciones sean a los Derechos Humanos en países lejanos e incluso que ejecuten sin juicio a conciudadanos. ¿qué esperan de esos soldados? Chavales de origen humilde sometidos a un entrenamiento y unas presiones (tal como se testimonia en este artículo que acabo de traducir) que los llevan a cometer los crímenes más atroces.

Y es que ¡ay que ver!, no hay justicia dentro del ejército de los EEUU. La solución que se da es que se creen tribunales civiles para tratar los casos de violaciones, nada se habla de los casos como el de Bradley Manning, que será «juzgado» por un tribunal militar, por confesar los crímenes de guerra que le ordenaban cometer.

Sin embargo la mañana del sábado fue soleada y primaveral. El documental «La casa en la que vivo» me impresionó. Trata la guerra contra las drogas dentro del país. Compara muy acertadamente el nazismo con esa guerra. EEUU es el país con más porcentaje de presos del mundo. Las tasas de encarcelamiento de negros es el doble que de blancos. La ley obliga a los jueces a encarcelar como mínimo a 5 años de cárcel, 10 si se es reincidente, sin derecho a apelación, por posesión de unos gramos de crack. Lo curioso es que si te pillan con 1 gramo de crack es la misma condena que si te pillan con 100 gramos de coca. El crack era la droga de los negros, no la coca, cuando se hizo la ley.

Uno de los entrevistados en el documental es David Simon. Y es que Simon dice explícitamente cuando habla, lo que transmite sutilmente mediante el arte: La guerra contra la droga es una guerra de clases contra los pobres, ya sean negros y ahora también blancos pobres.  Como dicen Simon, ya que no nos sirven y tenemos que eliminarlos, por lo menos que den dinero: policías, jueces y sobre todo prisiones. Uno de los negocios más lucrativos en este país. Con celdas comunes que «alojan» a decenas de presos en condiciones inhumanas.

A diferencia de «La guerra invisible», este documental es capaz de llevar ese sentimentalismo estadounidense al terreno de la política, para criticar feroz y radicalmente al sistema. No tiene desperdicio el testimonio del guardia de prisiones que dice que la guerra contra las drogas es como el holocausto judío, pero este es un holocausto en cámara lenta.

Para terminar, y no me enrollo más, una película documental sobre el neoliberalismo y la industrialización del campo, aunque ninguna de esas dos palabras aparece en toda la película. Se llama «Troublesome Creek«, algo así como el riachuelo problemático. Trata sobre una familia, campesina por varias generaciones, que es desahuciada por los bancos al ser incapaz de pagar las deudas debido a la continua caída de los precios. Sin la garra de Las Uvas de la Ira, pero con una cinematografía preciosa, la película refleja de nuevo la ingenuidad  (naïve), pero también la humildad y solidaridad del campesino estadounidense, especie en extinción.

Las clases populares de EEUU sufren la lucha de clases como el resto del mundo. Tenemos la imagen de una sociedad egoísta, conservadora, pasiva y engreída. Es verdad que la situación digamos «ideológica», la correlación de fuerzas actual, debida a la derrota que vienen sufriendo desde los años 60, hace que parezca imposible el surgimiento de movimientos populares y obreros de los años 20 o los años 60. Si a esto sumamos la ingenuidad, cuando no cinismo, que impregna a buena parte de la sociedad, la esperanza parece quedar en un movimiento pequeñoburgués y sectario que no será capaz de organizar a las masas populares de este país. Sin embargo la Historia me dice que las clases populares de este país todavía tienen mucho que decir.

David Simon, The Wire y la tele inteligente

Tres veces empecé a ver «The Wire«, Bajo escucha en español. Y es que me parecía la típica serie de polis corruptos en la que el sistema funciona. O sea, está el poli corrupto, véase malo, que mientras se dedica a atrapar a otros malos se queda con algo de pasta, o soborna, etc. Pero al final al malo lo pillan, y ahí entra en acción el bueno, el héroe, sustentado por un sistema que, aunque pueda tener sus fallos, al final hace triunfar a la justicia.

Por eso me negaba a terminar de ver el primer episodio, pero como mis «almas gemelas», físicas y virtuales, insistieron, me dejé llevar….

En un par de episodios te ves sumergido en un mundo de drogas, corrupción, jerga, supervivencia, humanidad. Decenas de protagonistas. Una realidad que corta la respiración.

Baltimore es la ciudad elegida por David Simon para desarrollar la historia. En la ciudad donde él trabajó como periodista varios años, detrás de la policía anti drogas.

En la primera temporada los protagonistas son los habitantes de West Baltimore. Un asesinato incómodo hace que un alto mando policial (que son entre cargos políticos y policías) decide que hay que detener a algunos para limpiar la imagen del cuerpo de policía. Como no se pretendía profundizar mucho, mandan al caso a un grupo de policías a los que pensaban incompetentes: alcohólicos, corruptos o represaliados, pero entre estos últimos hay unos pocos brillantes detectives. Cuando empiezan a hacer el que se supone es su trabajo, y siguen el dinero de la droga, ven que la mierda salpica a importantes políticos. Y no sigo.

Lo interesante de esta temporada, como decía, es que las personas no son buenas o malas, héroes o villanos. Son personas. Más o menos corruptibles, más o menos honradas. Son personas. Tanto la policía como los traficantes. Lo que la serie destapa, tal como dice el propio autor, es que la guerra contra las drogas es un enorme fraude. Es una guerra a los pobres, a los que los «americanos» no necesitamos más. Por lo tanto, lo menos que se puede hacer es cazarlos, y de esa manera generar empleo: para policías, jueces y abogados. Y es que la desindustrialización que se produce en los 90 en EEUU lleva a que no se necesite más ese ejército de reserva que son los desempleados negros. No sólo empleos, la policía recibe ascensos por sus «éxitos» en la lucha contra el narcotráfico y es penalizada si esos éxitos son excesivos. Al final, como en Colombia, se producen muchísimos llamados «falsos positivos«.  Las cárceles son un negocio pujante en este país. EEUU es el país del mundo con más proporción de presos mientras que el porcentaje de presos que ha cometido un crimen violento ha bajado del 32 al 7 % desde el ’82.

Sin embargo, no todo es sutil, de vez en cuando el mensaje rebelde sale a través de sus personajes:

Omar, uno de mis personajes preferidos, es un ladrón de narcos, sí, extraña profesión. Además es gay y muy inteligente, ¿os imagináis algo así en Hollywood? Y se enfrenta a ellos en el juicio. Cuando el abogado de los narcos le cuestiona su credibilidad por su pasado delictivo le dice que es un parásito. Omar responde: «igual que tú, yo tengo la pistola, tú tienes el maletín. Es todo el mismo juego, ¿no?»

En la serie se reflejan las fuertes relaciones familiares que unen a las comunidades negras, herencia de la resistencia contra la esclavitud y el apartheid posterior. El chico negro con un sólo destino no vive con resignación esa vida, existen contradicciones. Se saben presas de un modelo que en muchas ocasiones no comparten y David es capaz de reflejar de manera muy sutil esas contradicciones en sus personajes. El joven (15 años) camello que igual pega una paliza de muerte a un yonqui, manda a la muerte a un enemigo y cuida de 10 niños huérfanos. Los policías que echan horas extras sin cobrar por resolver un asesinato, pero que después se ensañan sin remordimientos con un pobre desgraciado. El yonqui que se puede salvar pero que no lo hace, porque no quiere, porque no sabe, porque tiene miedo.

David Simon le pregunta a la audiencia en una charla que hizo aquí en la universidad (que podéis ver aquí): ¿quién de aquí se considera socialista?, unos pocos levantan la mano, y quién de aquí cree que tendría que haber sanidad universal, una gran mayoría. De ahí deduce que la palabra socialismo se ha convertido en un tabú, que los medios dominan el lenguaje, qué es lo permitido y qué no.

Si bien queda claro que si estudias en una escuela pública en EEUU estás jodido, en su trabajo no lo reduce a eso, no lo enseña explícitamente. Todo es más complejo.

En la segunda temporada, que no he terminado aún, el eje central es el puerto de Baltimore. Tráfico de drogas y de personas, corrupción, mafias. La historia gira entorno al sindicato de estibadores. El escenario, de nuevo, una ciudad víctima de la desindustrialización, de que el «trabajo» no sea necesario en EEUU, todo se produce en China. El sindicato no es al estilo europeo, donde su función es (debería ser) defender los derechos laborales de los trabajadores. Este sindicato, ante la falta de empleo, se dedica a conseguir dinero extra. Se convierte en un sindicato del crimen. Con ese dinero extra paga bajas laborales, jubilaciones, subsidios de desempleo. Y por supuesto, unta a los políticos que les darán más trabajo al llevar más barcos a su puerto.

No creáis, no se está criminalizando a los trabajadores. Son víctimas convertidas en victimarias, (¡nunca mejor dicho!). Con un capo paternalista, austero, que no comparte los trapos sucios con su «prole», para protegerlos.

Le preguntan que qué opina de Obama, y él, muy inteligentemente dice que «se acabaron los grandes hombres, que no habrán más Lincoln o Roosvelts. Los elementos que tomaron la democracia son más grandes que Obama…Ya no se trata de a quién elegimos, el problema es el proceso que hemos creado para elegirlos.»

David, en un arranque keynesianista, piensa que es el trabajo el que salvará a EEUU del desastre. Y también, erroneamente, piensa que «las buenas noticias son que si las cosas empeoran, como pasará, entonces alguien agarrará un ladrillo».

Sólo nos llega lo negativo de EEUU, creemos que este es un país de ignorantes conservadores. Pero no todo en este país se resume en esto:

«No me avergüenzo de admitir que soy cristiano, pero no necesitas estar en el banco de la iglesia cada domingo para saber que algo va mal en este país cuando los gays pueden servir abiertamente en el ejército pero nuestros niños no pueden celebrar la navidad o rezar en la escuela. Como presidente, terminaré con la guerra contra la religión de Obama y lucharé contra los ataques liberales a nuestra herencia religiosa. La fe hizo a América fuerte. La puede hacer fuerte de nuevo

Esa es la estrategia del capital para que la gente siga votando a Obama. Al final, al contrario que The Wire, los media juegan a la polarización entre buenos y malos. Pero, como dice David, es una cosa del Sistema, no de las personas.

También la lluvia y el 15M

TAMBIEN LA LLUVIA

Por cosas de la vida escribí este texto hace poco más de una semana, y como dice Ales, las cosas van “demasiado” rápido, y puede que ya esté medio anticuado. Pero quería plasmar mi reflexión sobre el 15M, como vivimos en el mundo donde todo el mundo opina aunque no tenga nada que decir o nadie lo escuche….

Como la mayoria, observo con atención al movimiento 15M. He participado en asambleas en Granada, Barcelona y Madrid. Pero no me había decidido a escribir nada porque otros lo hacen mejor que yo y la cosa está saturada. Además no creo que muchos de los implicados me lean, pero bueno, estructuro mis ideas.

Es algo emocionante. Es una historia que no ha aparecido ni en mis sueños más húmedos. Me decía un compañero de luchas que cuándo habíamos nosotros imaginado algo así. Verdad, nunca. Además mi más profundo respeto a todos los que están en las asambleas y movilizaciones. Ojalá el hilo de mi vida pasara por España en estos momentos.

Pero eso no quita que no haya que analizarlo con los pies en el suelo, con los libros de historia en la mano y con nuestra experiencia (personal y colectiva) en la retina.

Viendo la peli «También la lluvia» se me ha ocurrido un simil para explicar lo que pienso. La película, muy recomendable, va sobre la insurrección que se dio en Bolivia en el 2000 que llevó al derrocamiento de varios gobiernos. Al final se recubre de fantasía e idealismo, pero el hilo conductor es muy realista.

A todo espectador que vea ambas pelis, la del 15M y la de Gael, y las compare, le debería venir a la cabeza varias preguntas, estas son las mías:

¿qué tienen los indios bolivianos que con movilizaciones masivas son capaces de hacer temblar al sistema y los del 15M no se merecen ni declaraciones del poder, el de verdad, no el parlamentario?

Lo que la película apenas roza es que las movilizaciones no fueron sólo por una cuestión de «servicios» como el agua. Los que bajaron de las montañas fueron los cocaleros y los mineros. Bajaron con un objetivo muy claro, no al neoliberalismo. Traducido, no más opresión y expolio, por una segunda independencia. Los del 15M tienen en una asamblea más de 1000 propuestas. Y no por una cuestión de diversidad, pluralismo postmoderno, sino por una total falta de análisis, consecuencia de falta de visión histórica. La democracia es la perfecta de las dictaduras.

Lo más importante para mí. Los bolivianos no rehuyen el conflicto, lo afrontan. No obvian que en la lucha existen las contradicciones. Como ejemplo, la relación entre los protagonistas, el indio y el español. ¿Qué haría un 15amero? rechazar al español por….político, sindicalista, etc. No evita el conflicto con la policía y el poder. Lo canaliza (organiza) para que el daño sobre el débil sea el mínimo posible. Dicen en la asamblea unas mujeres, es que nos van a masacrar, no vayamos!. Y dicen otras, el agua es vida, ya nos están masacrando.

Hay que mirarle a los ojos al conflicto, y sí o sí derivará en violencia directa. Porque el sistema ejerce su dominio con la violencia. Negar que la explotación es violencia y que enfrentarse a la explotación degenerará en más violencia es poner punto y final al movimiento. Es diluirlo en infantilismo, en creer en las hadas.

Comparar este movimiento con cualquier «revolución» africana o latinoamericana es un insulto a los mártires de esos movimientos y a la inteligencia.

¿por qué sufren tanta represión? ¿por qué a ellos los matan a tiros y a los del 15M les dan de porra?

A pesar de haber ganado, el líder dice: «siempre nos cuesta tan caro, nunca es fácil, ojalá hubiese otra forma, pero no la hay…y ahora queda lo más duro…»

Si a los bolivianos o a los tunecinos le dan bala no es porque vivan en «regímenes autoritarios» (el de Bolivia no parecía serlo). Pensar que nuestro país no lo es, es ingenuo, y eurocentrista. Sólo hay que echar un vistazo a la historia reciente.

Me cabrea el escándalo que se ha armado con los palos de plaza cataluña (o con los infiltrados, ja!) Pero bueno, ¿por qué no os escandalizasteis en la pasada huelga general? O en las movilizaciones de los astilleros y demás privatizaciones? Con torturas y judicializaciones al estilo franquista. ¿Eso no es represión?. Represión son decenas de miles de desaparecidos en Colombia. Luchadores. Si a los 15ameros no los reprimen (de verdad), no los desalojan no es sólo por una cuestión electoral. Es sobre todo porque no molestan. Pretender que la movilización «pacífica», tal como se está dando, va a generar algún efecto es legitimar al sistema democrático vigente. Es como arañar la piedra. A ver, si no vivimos en democracia como dicen los lemas, ¿cómo vamos a cambiar esa democracia con los métodos que nos ha dado?. No estoy hablando de ser «violentos», cuidado. Estoy hablando de enfrentarse al conflicto, analizarlo. El conflicto es económico y social. La precariedad, la falta de trabajo, la «crisis», etc. ¿quiénes mandan y qué es lo que más les jode? ¿Que montéis campamentos en Sol?, ja. Donde les duele es en el bolsillo. Si no se puede hacer huelga porque hoy no trabaja ni cristo, pues que se pare la producción.

Eso es lo que hicieron los mineros y campesinos bolivianos, por eso se llevaron plomo, por eso ganaron. Pararon la producción y la distribución, amén de bajar cargados de dinamita de las montañas. Pero claro, eso a nuestros indignados no les gusta porque conlleva violencia, porque se estaría «obligando» al ciudadano libre a no ir al trabajo o a la cola del paro y además habría enfrentamientos.

Sigamos pidiendo las cosas por favor, ya veréis qué lejos se llega.

Pensemos en lo que dice el líder indígena: «ojalá hubiera otra forma, pero no la hay. Ganamos la batalla y todavía nos queda lo más duro». (y es verdad tal como se están poniendo las cosas en Bolivia).

¿cómo se organizaban todas esas miles de personas que consiguieron vencer a una multinacional tan poderosa y derrocar gobiernos? ¿por asamblea?

Uno de los gritos que más me indignaba a mí era el de «esto sí es democracia». El fogueo, la «participación» o el desahogo no es democracia. La democracia es que el pueblo, como un todo no como individuo, ejerza poder en su vida, en su destino. Las asambleas no son estructuras democráticas porque se impide el ejercicio de ese poder. Y estas asambleas de miles no permiten ni siquiera el ejercicio de la participación individual, algo que el sistema ya ejerce mediante el voto. El asamblearismo puro es tan democrático como la representatividad electoral.

En la peli se ve cómo el líder, al que volveré, trabajaba con un grupo de vecinos en la construcción de un viaducto para el agua. Ese es un ejercicio organizativo de años. Y de pocos que se hacen muchos. No de muchos que se dividen en pocos para ser más «efectivos». Y esta es una matización muy importante. El que pocos se hagan muchos supone un salto cualitativo, de toma de conciencia y de estructura organizativa que permite el ejercicio de la democracia real y consciente. Las movilizaciones de Bolivia del 2000 o las de ahora de Egipto no son actos espontaneos como en España, sino el producto invisible de años de lucha y organización muy desagradecida. No seamos ingenuos, la lucha es durísima y desagradecida porque el enemigo es poderoso y lo tenemos dentro de nosotros.

Otra cosa que me exaspera de algo tan bonito como este movimiento es la falta de honestidad de mucha gente que hay dentro. No quiero entrar en detalles por respeto a compañeros y amigos de lucha de muchos años. Hay un rechazo a los «partidos», a la «política»… Cuando alguien propone organicemos un partido, la gente grita «no nos representan» y pone los brazos en cruz. Pues las acampadas no sólo han sido fruto del trabajo de cientos y de la inventiva de miles, que también. Ha sido fruto del trabajo MILITANTE de decenas. De organizaciones (partidos) que están ahí más o menos en la sombra. Además del rechazo al líder, aunque este rechazo es comprensible cuando no existe democracia (tejido organizativo y tradición de lucha). ¿Por qué el prota de la peli es el líder?, ¡porque sí!, porque lo es de forma natural en el transcurso de años de lucha. Porque su entorno lo reconoce como tal, e igual que lo puso lo quitará. Esa es la verdadera democracia revolucionaria. Por fin puedo escribir esa palabra sin sentirme ridículo, porque lo ridículo es crear grupos en facebook de «spanish revolution».

Si no ladran Sancho es porque no cabalgamos. Y lo de Plaza Cataluña (o el parlament) no es ladrar amigos.

NOTA: Hoy mismo leía este artículo en Diagonal, pego esto:

«Por eso, si al principio afirmábamos que no teníamos miedo, ahora podemos afirmar que el miedo, el miedo a perder su poder, lo empiezan a tener ellos«. No me he podido reir más. Es que no sé qué contestar a semejante ingenuidad.

Comentario sobre la película "The reader"

Hacía tiempo que no escribía sobre una película. Pero esta me ha parecido que merece un pequeño post.  Se llama «The Reader«.  Va de una situación bastante irreal, un chaval de 15 años que se lía con una que por lo menos le dobla la edad. Ella huye al ver la que está montando, él va y estudia derecho, y resulta que ella era una de la SS. Da igual, no estoy diciendo mucho más de lo que dicen en Filmaffinity.

La primera parte de la película se me hace bastante aburrida, excepto por ver a Kate Winslet desnuda y tal… Pero después se pone interesante.

La cuestión que plantea la película es: ¿son los nazis como individuos, responsables del genocidio? ¿Realmente se pueden hacer juicios «al uso» de algo como el nazismo? Los juicios de Nuremberg fueron una pantomima de los países aliados que exculpaban de responsabilidades a todos los países europeos y EEUU en lo que sucedió antes y durante la 2ª guerra mundial.

La acusada, cuando es preguntada por qué no abrió la puerta de una iglesia cuando se estaba quemando con 300 judíos dentro, ella respondió: «porque era mi deber custodiarlos». Exacto, las acusadas estaban a cargo de los prisioneros. Su moral y su deber le impedía dejar libres a esas prisioneras. Y le pregunta al juez, ¿usted qué hubiera hecho en mi lugar? Es la mejor escena de la peli.

El profesor de derecho da también en el clavo. Lo que es inmoral era legal entonces. Era su ley. Las leyes, la moral, el sentido común, etc. son cuestiones HISTÓRICAS, vencen, caducan, mutan, cambian. Lo que hoy es una salvajada era natural hace x años y alrevés.

La justicia burguesa, la del tribunal de La Haya o los juicios de Nuremberg es absurda. En muchas ocasiones juzgan a individuos por los actos de grupos, sociedades o incluso «culturas». Por no decir de que ¡un Sistema tan injusto como el capitalista se da el «derecho» de juzgar a sus «hijos», los genocidios! Decía un estudiante: quién en Alemania no ha callado acerca del genocidio. Todo el mundo, nuestros padres, maestros, etc. sabían lo que estaba pasando, todos callaron. Por qué juzgar a unos cuantos de la SS cuando sólo estaban haciendo su trabajo (en todos los sentidos como queda claro en la peli).

Evidentemente no pretendo justificar la barbarie nazi ni a sus líderes. La cuestión es que el nazismo es la consecuencia «natural» de una Europa en revolución en un capitalismo en decadencia. Es la necesidad de un capitalismo fordista en crisis. Desde el apoyo de Churchill a Franco durante el alzamiento nacional (leer a Preston) hasta los negocios de las multinacionales estadounidenses con los nazis. Todos son responsables de lo que pasó. Además, ¿es que los aliados no cometieron crímenes contra la humanidad? Qué pasa con Hiroshima y Nagasaki, o con el bombardeo de Dresde. ¿quién los juzga a ellos?

Pues eso, buena película que destapa sutilmente las mentiras y el cinismo de la justicia burguesa.

GOMORRA

gomorraNo puedo resumir el libro Gomorra, y comentarlo no es tarea fácil, me limitaré a dar argumentos sueltos para demostrar esta  Hipótesis:  «La mafia, en cualquiera de sus vertientes, es la forma que tiene el capitalismo de extender el «Estado fascista» dentro de las «democracias» formales».

«Todos, hasta los más preocupados por su integridad, acaban en la cárcel de la pensión, todos descubren antes o después que son cornudos, todos terminan atendidos por una polaca. ¿por qué caer en la depresión buscando un trabajo que solo da para malvivir? ¿por qué acabar contestando al teléfono en un empleo a tiempo parcial? Hacerse empresario. Pero de verdad. Capaz de comerciar con todo y de hacer negocios hasta con la nada. Ernst Jünger diría que la grandeza se halla expuesta a la tempestad. Lo mismo repetirían los boss, los empresarios de la Camorra. Ser el centro de toda acción, el centro del poder. Usarlo todo como medio y a sí mismos como fin. Los que dicen que es amoral, que no puede haber vida sin ética, que la economía tiene límites y reglas que hay que seguir, son solo los que no han conseguido mandar, los que han sido derrotados por el mercado. La ética es el límite del perdedor, la protección del derrotado, la justificación moral para aquellos que no han conseguido jugárselo todo y ganarlo todo. La ley tiene sus códigos establecidos, pero la justicia es harina de otro costal. La justicia es un principio abstracto que afecta a todos, que permite, según cómo se interprete, absolver o condenar a todo ser humano: culpables los ministros, culpables los papas, culpables los santos y los herejes, culpables los revolucionarios y los reaccionarios. ..     Justicia en injusticia solo tienen un significado en lo concreto….La lógica del empresariado criminal, el pensamiento de los boss coincide con el neoliberalismo más radical. Las reglas dictadas, las reglas impuestas, son las de los negocios, el beneficio, la victoria sobre cualquier competidor

No quiero meterme en un análisis del fascismo, pero para lo que me interesa ahora mismo, podría decir que es la forma que tuvo el capitalismo para imponer la explotación a sangre e hierro en los inicios del fordismo. Evidentemente esto no es lo que se estudia en los libros de historia. Sólo se enseña lo superficial, la falta de libertades individuales, de elecciones, etc.

Se suele decir también que el fascismo en sus diferentes versiones (Nacionalcatolicismo, nacismo, McCarthismo y fascismo italiano) fue un estado de excepción del Capitalismo.

Es verdad, en EEUU el McCarthismo sirvió como «purga roja», también en España donde más que una purga fue un genocidio político-cultural. Pero también es verdad que el mundo tras la 1ª guerra imperialista mundial estaba cambiando de modo de organizar la producción, y eso necesitaba de mano dura. Los primeros en implantar el toyotismo en la producción en Italia fueron las familias mafiosas en los talleres textiles.

Bueno, pues yo creo que el fascismo visto desde esta prisma nunca ha desaparecido, y Roberto Saviano lo demuestra sin pretenderlo en Gomorra.

La camorra (la mafia en general) es el moderno Estado fascista perfectamente imbricado en las «democracias» modernas, y es fascismo por lo económico, lo político y lo militar.

En lo económico:

Dice el periodista Riccardo Orioles que: «la criminalidad no es el poder, sino uno de los poderes». Jamás habrá un boss que pretenda sentarse en el gobierno. Si la camorra fuese todo el poder, sus negocios no resultarían esenciales en el mecanismo del escalafón legal e ilegal. Las detenciones y las sucesiones de las familias suponen para la economía como el fuego para la sabana, una renovación. Es interesante la hipótesis de Roberto de que es necesaria la «legalidad» para que el monopolio no se extienda hasta poner los precios imposibles. O sea, la policía, los jueces, etc al quitar del escenario a «viejas» familias hacen que el mercado ilegal se renueve, entren nuevos productos, ideas, sangre fresca.  Al igual que lo «legal» necesita de la camorra. Desde los cientos de ayuntamientos intervenidos por infiltración mafiosa, hasta la empresa lactea Parmalat que se aseguraba la distribución en monopolio de todo el sur de Italia haciendo un descuento del 6.5% a la camorra que a su vez se aseguraba con sus métodos tradicionales de que sólo su leche se vendía en las tierras de la Campania.

El capítulo del libro que más se utiliza en la película es el de «Tierra de los fuegos» donde se habla del tratamiento de residuos y de la región napolitana como el sumidero de buena parte de los residuos peligrosos del norte de Italia y del resto de Europa.  En este capítulo se demuestra también la estrecha vinculación de lo legal con lo ilegal. Básicamente se muestra cómo buena parte de las empresas tanto del norte de Italia como de Alemania no serían lo que son si no hubieran utilizado a la mafia para librarse del lastre que representan el coste de tratamiento de los residuos.

Pero no sólo en el comercio, el capital obtenido por la venta de droga, procesamiento ilegal de residuos, etc; se invertía rápidamente en la construcción de las costas andaluzas y canarias.  En Santa Fe (Granada) ha estado durante años el cerebro de la mafia italiana en España, que controlaba el tráfico de drogas, la construcción o las tiendas de ropa más famosas.

En lo político, y esto ha sido lo más sorprendente para mí del libro. Para explicarlo un ejemplo que se da en el libro:

Estaban juzgando a un boss llamado Sandokan, cuando lo condenan pide la palabra y dice: «sólo soy un empresario que ha triunfado, y que un complot de magistrados envidiosos y marxistas había considerado que el poder de la  burguesía de la campiña aversana constituía una fuerza criminal, y no el fruto del ejercicio empresarial y económico«.

Pero lo más evidente es la toma por parte de las familias mafiosas de los ayuntamientos y gobiernos regionales. Es lo que hacen los grandes empresarios en nuestro país, pero aquí se llama corrupción porque no utilizan una fuerza militar como la de la camorra. Por lo demás es idéntico. A qué me refiero con fuerza militar, y aquí entra el 3er elemento del fascismo, el militar, a que  el boss Augusto La Torre, en su ambición de monopolio e imposición de su poder, inventó una forma de eliminar a todo aquel que no estaba bajo su mando, le pegaban un tiro, lo echaban a un pozo y tiraban una granada de mano. Así desaparecieron varios políticos.

Son los principales traficantes de armas del mundo y los primeros importadores de Europa, pero no sólo de armas ligeras (tiene un capítulo muy bueno dedicado a Kalashnikov) sino armamento pesado que atraviesa Italia con camiones de la OTAN sin problemas.

La mafia mata más que cualquier conflicto armado europeo, más que ETA o el IRA, sin embargo no sale como un conflicto, apenas sale en los medios de comunicación, porque es en Nápoles y la región donde se forja la mayor parte de la economía de la nación y del mundo, sí del mundo, porque por el puerto de Nápoles pasa el 70% de las exportaciones textiles de China, que se dice pronto. Pero se declara el 20%.

No hacen falta conclusiones, sólo ideas sueltas.

El verdadero enemigo militar de los trabajadores no son los ejércitos regulares, sino la mafia en todas sus vertientes.

No temamos tanto al fascismo de los skinheads ya que está aquí, con nosotros, entre nosotros, nos viste, nos alimenta, nos entretiene, nos droga…

Ya sabíamos que no vivimos en democracia, pero este libro lo deja tan claro, lo explica tan bien…

¿Huelga general a la camorra internacional? Ja, ja y ja.
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LA OLA

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Alberto Montero escribió sobre la peli, y dije, vamos a verla. Y como él dice, el hilo argumental está cogido con pinzas. Me ha gustado y tiene cosas muy interesantes:

1º:  velocidad a la que se producen los cambios ideológicos.

En lo único en lo que estoy de acuerdo con la película,  en que los cambios ideológicos, las «crisis» diría yo, se producen a una velocidad vertiginosa. Es verdad que en grupos no se produce en una semana, pero a nivel individual los valores, Ideas, creencias que se tenían como axiomas se pueden ver «revolucionadas» por una experiencia traumática en periodos que pueden ser cortos. Eso es muy interesante tanto para procesos revolucionarios como reaccionarios. Por eso he insistido tanto en otras ocasiones en la importancia del trabajo «cara a cara», más que en la propaganda «de masas».  Al pensar en esto me viene a la cabeza las consecuencias del Domingo sangriento encabezado por el padre Gapón, que generó un cambio radical en las reivindicaciones y desembocó en la revolución rusa de 1905.

2º: Fascismo y economía.

Este es uno de los fallos más gordos de la peli. Asume la posibilidad del resurgimiento del fascismo, utilizando sólo la estética, sin hacer un análisis económico.  El fascismo fue una forma de Estado capitalista necesario para la implantación del sistema fordista de producción (en lo económico), y por supuesto para el aplastamiento del movimiento obrero revolucionario. Una vez solventada la crisis (política y económica) el capitalismo pudo volver a utilizar su cara más «amable» (sic), y escondió el fascismo en sus entrañas. De eso hablaré dentro de poco en una reseña del libro Gomorra.

3º: Aparatos ideológicos de Estado.

Otro error. El «autor» da por hecho que la escuela sigue siendo un Aparato ideológico de Estado prioritario,  como la familia. Por eso insiste en enseñar varios tipos de familias: la desestructurada, la normal y la «liberal».

Sin embargo la realidad es que hoy día la transmisión de valores, la socialización se hace preferentemente a través del «mercado», entendido este en un sentido amplio: publicidad y consumo.

¿por qué no es posible el fascismo hoy día? No porque nuestras democracias sean estables, fuertes y las sociedades estén concienciadas. Patrañas. La realidad es porque el capitalismo, el mercado ya no necesita más ejércitos de trabajadores «azules», sino que necesita ejércitos de consumidores-trabajadores  individualizados capaces de una gran flexibilidad laboral que le permita saciar sus ansias de consumo personalizado (tuneado).

Manolo Valle habla de esto en esta charla, que os aconsejo, pero más relacionado al ámbito escolar.

Pero si entendemos el fascismo como el modo violento que tiene el capitalismo de «imponer la explotación» a la clase obrera, entonces el fascismo no puede volver, porque sobrevivimos en él.

Buena película, buen intento, pequeñoburguesa y liberal.

PS: Si queréis el audio de la charla de Manolo Valle con más calidad no dudéis en pedírmela.

300…fascistas a caballoooo, luchando por la libertad!

300 es insultante. Y los que la defienden lo hacen diciendo que «no se pretende ser fiel a la Historia, que es la versión de un comic». A mí me da igual, si lo pretende es falsa, tendenciosa y bastante fascista; y si no, pues también.

En realidad es una peli de rambo pero disfrazado, los buenos con tabletas de chocolate por torso y los malos vestido igualitos igualitos a los malos de ahora.
Los buenos son libres (no tenían esclavos), morales (fieles y monógamos, con sus excepciones), valientes y heroicos luchadores por la libertad. Repito, me da igual que fueran o no así los espartanos.
Lo que nos enseñan y por tanto lo que vemos (consciente o inconscientemente) es la división entre occidente y, oriente, casualmente se estrena durante los prolegómenos de una más que posible guerra con Irán.
Los espartanos guapos (menos el jorobao) y monógamos, a veces cornudos, que !luchan hasta la muerte por la democracia! ¿A qué me suena?

Asocian visualmente, con mucha agresividad, a tios con turbante con la depravación, la traición, «la homosexualidad y travestismo» (como si eso fuese denigrante)…
Pero es que si el Jerjes parece una «reina o diosa del desierto», llena de piercings.

Se oyen expresiones como: «esta será una era de libertad», «300 familias que sufren por nuestros derechos», «los soldados tienen que resolver determinados problemas», y los malos malosos: «iremos a Grecia y quemaremos todos vuestros pergaminos, mataremos a todos vuestros poetas y filósofos y haremos esclavas a vuestras mujeres». Bueno, y no puede faltar el machismo en los persas (¡y además de machista era negro!), el sexo , y un tio que se cree un Dios. Ahí se han equivocado, al que le habla Dios es a Bush. Ay! Perdon.

Es una de las películas más fascistas y peligrosas que he visto últimamente, más peligrosa que los mundos de yuppie.
Si no leer esto de un «crítico de cine más»:
Pero aún sorprende más es la incorrección política de 300, su condena sin paliativos de la degeneración, la mediocridad y la cobardía, así como el continuo recordatorio –una voz en off acerca la épica a los ojos y a los corazones de los espectadores- de que un puñado de hombres valientes, en un momento de la historia, tuvo el coraje de luchar y dar su vida por la civilización y la esperanza.

Es el mismo mensaje –modernizado– de El Álamo de John Wayne, y su actualidad, completa. Y como en El Álamo, el grito de la victoria final es ¡Recordad a los trescientos! (¡Recordad El Álamo!). Jerjes fue derrotado y la civilización griega y Europa entera se salvaron de la barbarie.

Sin duda, uno de los espectáculos del año, que nadie debe perderse antes de que a algún progresista radical se le ocurra prohibir la película.

Bárbaros, eso es lo que eran los persas
Os recomiendo:
http://es.wikipedia.org/wiki/300_(pel%C3%ADcula)

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