Visto en Twitter: «Cómo te escuece que el hijo de tu portera sea ingeniero y el tuyo sólo haya llegado a vulgar enchufado. Eso es la Pública.»
La marea verde la llaman. Un movimiento ciudadano que reparte lacitos verdes y reivindica la educación pública, en contra del ataque neoliberal que quiere privatizarla. Y como parece que tenemos que ser más simples que el mecanismo de un chupete, pues tenemos que estar o a favor o en contra de las cosas.

Y yo estoy en contra…como siempre. Ya está el Moncadista tocando las pelotas y los ovarios del personal.

Pero es que me perdonen ustedes, pero yo estoy muy en contra de la educación reglada, y en este caso de la educación “púbica” que nos tocó a millones de niños en España. Y lo digo yo, que no hice ni el CAP, para mí Vygotsky es una marca de Vodka; y como saben los (mayormente las) pocos estudiantes que he tenido, mis habilidades educativas son nulas.
Pero empecemos por el principio. ¿Qué es para mí la educación? Toda esa serie de habilidades que se inculcan a una personita desde que nace (incluso antes) que la convierten en un ser social. Y por “ser social” entiendo que es aquellas habilidades que te permiten ser uno más de la manada. Pero se da el caso que hace por lo menos 15.000 años, mes arriba, mes abajo, que las manadas están compuestas de subgrupos. No sé si habéis visto-leído «Un mundo feliz de» Aldous Huxley, pero cuando a alguno que iba para alpha se le daba durante el desarrollo algo de los gamma tenían el follón montado al generarse un Bernard Marx. Para evitar eso, las distintas sociedades decidieron “educar” diferentemente dependiendo a qué grupo social pertenecieras. Si te tocaba ser esclavo en Grecia para qué querías saber de matemáticas.

La escuela ha sido durante buena parte de la historia de la humanidad el lugar donde las élites aprendían. O sea, parte de su educación era en la escuela, donde adquirían las habilidades que les permitiría formar parte de la élite dominante, y así seguir dominando… ya sea la matemática, como la política, etc. Porque todos esos profesores listillos que equiparáis educación con escuela, o tenéis un problema de autoestima, o os saltasteis aquella clase.

En estas que hace unos siglos se produjo una «revolución», que para algunos autores como Silvia Federeci fue una contrarevolución, y después el imperialismo, la división internacional del trabajo, la revolución y contrarevolución (estalinismo) rusas, el fordismo, el keynesianismo, y el mal llamado Estado del bienestar.

Para mediados del siglo XX existía bastante consenso en que ese Estado del bienestar era producto casi exclusivamente de las luchas obreras. Los partidos comunistas se olvidaron de la parte económica del imperialismo y de la división internacional del trabajo. Como consecuencia, se consideró la «Educación Pública» como una conquista obrera, popular.

Bueno, yo he leído más bien poco, pero un libro que me ha influenciado fue «Aparatos Ideológicos de Estado» de Althusser. Lo tachan de estructuralista creo, no sé muy bien lo que es, pero sí sé que dice algo muy claro, la escuela (se refiere a la de los 60) es un Aparato Ideológico de Estado (AIE), y tiene una función social clara: reproducir al sistema capitalista. El Estado, escolariza a las masas populares para darles la «educación reglada» apropiada a su función social. Básicamente, si combinas el AIE escuela con el AIE familia tendrás: hijo de profesor de instituto + escuela pública = licenciado. Hijo de currelas + escuela pública en barrio chungo= jony, quinqui, cocacolo (y diversas variantes). Hijo de currelas + escuela pública en pueblo pobre andaluz = currela (jornalero, camarero y si tienes la suerte de ser de Cai, camello). Hijo de currelas anarquistas + escuela pública en pueblo pobre andaluz= Moncadista.

Ya sé, esto es más mecanicista que los pinzones de Darwin, pero es para ver si me explico. Si bien me podéis poner todas las excepciones que queráis a esa «causística», la realidad, y es a donde quiero llegar, es que la educación pública dejó en la estocada a millones de hijos de trabajadores en España. Y lo hizo no porque no tuviera suficientes recursos, o porque las circunstancias de la transición, o porque «el ambiente socio-familiar», o porque…no. La escuela pública del fordismo-keynesianismo tenía una función socializadora clara, y una función productiva enclavada en la división internacional del trabajo. Según cálculos que hago de memoria, ni el 10% de mis compañeros de clase llegaron a la universidad. Y si repaso cada una de esas personas, eran hijos e hijas de pequeños empresarios, comerciantes, o políticamente comprometidos. ¿es eso un «fracaso escolar»? Pues no. Es un éxito escolar, porque sólo unos pocos, los «elegidos», merecíamos estar ahí. Era un éxito porque ese era el cometido. Y por qué éramos los elegidos, porque nuestras circunstancias personales, sociales o económicas nos hacían más aptos para ocupar el puesto correspondiente en la división internacional del trabajo. El resto, a picar piedra, coger tomate, servir guiris y recoger aceituna… literalmente.

Me diréis que al menos la educación, o sea la escuela, era universal y gratuita. Sí, se permitía que todos hasta los 14, y después hasta los 16, «estuviéramos» aunque fuese físicamente allí. Pero no queríamos. El magnífico profesorado de la educación pública me ha pegado, me ha humillado, me ha enseñado sumisión, frustración, violencia y machismo. Podría poner mil ejemplos. Eso era la educación pública de las clases más populares de nuestro país hace unos pocos años, hablo de los ’90. Eso sí, nos permitían estar. La escuela pública te permitía estar aunque fueras un «nadie», la escuela del s. XXI si eres un nadie, no estarás.
Defender la «Educación Pública» sin más es como defender que las nubes huelan. No se puede volver al pasado, y además yo no quiero. Yo no quiero que mis hijos sufran lo que mi hermano o yo sufrimos. El futuro tiene dos caminos, el del neoliberalismo y la dictadura total del capital, o el del socialismo. En este último hay que mirar a la educación y la escuela como lo que es, una herramienta de dominación de clase para el mantenimiento de la explotación. Los profesores no son santos, son tan fascistas o tan comunistas como lo puede ser un policía o un juez. Y tienen un cometido: educar, o sea, socializar. ¿o tenían ese cometido?

La acometida internacional contra los servicios públicos, incluida la escuela, es un reajuste de la burguesía a los nuevos tiempos. Los «nadie» ya no necesitan «estar» en la escuela para su educación. Ahora, o estás dentro o no existes. Hay que luchar contra eso, pero mirando al futuro, sin contarnos historias de mundos de fantasía. Porque los hijos de las porteras habrán llegado a ingenieros, pero la mayoría de los hijos de los jornaleros no. Y eso también es la pública.

Respuesta al 1er comentario

Kike, obviaré la primera frase de tu comentario. E iré argumento por argumento:
«ni una alternativa»: la escuela pública, que no educación, responde a un momento histórico. Defenderla sin más, de manera acrítica, como se está haciendo además de equivocado e injusto, es un sinsentido. hay que luchar contra el desmantelamiento de la pública, pero no nos engañemos diciendo que de los hijos de las porteras salen ingenieros. Yo no tengo ni puta idea, y el texto es sesgado y sin datos, pero yo pensaba que los datos de fracaso escolar estaban claros. Y en mi memoria está clarísimo quién salió del pueblo y quién no. Cuántos profesores nos trataban como chusma. Nos humillaban, nos pegaban, o permitían que a los que éramos diferentes se nos pegaran palizas en la misma escuela hasta que nos llevaban al hospital. Eso TAMBIÉN es la pública, la escuela piloto del s XXI. La de los que no tienen un sitio en la universidad. Y por eso pongo lo de hijos de anarquistas, porque sólo el tesón de esos padres, los míos, o los de cualquier otro licenciado del Almanjayar, o de La Mina, junto con algún profesor que no perdió la esperanza, nos hizo salir de esa espiral.
El objetivo con este texto sí, es generar polémica, pero no porque me de placer que me llamen burgués engreído, sino porque no soporto toda esta marea verde acrítica, chupiguay, alabando al «profesorado» como un ente por encima del bien y del mal. Porque los profesores TAMBIÉN son co-responsables del fracaso escolar. Por cierto, y no lo he puesto en el texto a posta: ¿dónde están los profesores de la privada? ¿Por qué no se les defiende y reivindica en este movimiento por igual?
1) que me digas que yo no tengo referencias, jejeje. todos esos miles de tweets pro-educación pública, como el del hijo de la portera sí que tienen referencias ¿verdad?
2) Demagogia e insulto. Si me conoces sabes cuál es mi estima hacia los jornaleros y campesinos. No por nada me fui a Colombia, ;). Es demagogia porque yo no digo que las clases populares sean «nadie», sino que son relegados a ser «nadie» por el Estado, y en este caso por su brazo educativo: la escuela.
3)Cierto, pero la educación pública, con su «Educación por la ciudadanía» no pretende cambiarlo tampoco. Al contrario.
Lo que he escrito no te habrá gustado, no estarás de acuerdo, te parece mierda, pero sólo yo sé si me las he pensado, si las he debatido con otros antes de escribirlo, si están fundadas. Y siento haberte ofendido, pero para defender a los profesores (en general) ya hay miles de blogs.

Segunda actualización y respuesta a comentarios.

No te preocupes Kike, ahora sí podemos empezar a hablar.
Voy a repetirme, pero de otra manera. La escuela, cualquier escuela de cualquier Estado, es de clase. Se diseñan para reproducir el status quo. En nuestro caso, el de nuestra generación, el status quo era el keynesianismo a lo español, y eso (junto con las luchas obreras, no lo niego), se diseñó una escuela para los que valen, para los que valen un poquillo (FP), y el resto… Ese resto, los nadies, son los que la pequeñoburguesía, (y lo siento, pero el profesorado es pequeñoburgués en sus prácticas) ha ignorado, y eso es lo que he vivido yo, mi familia, compañeros, camaradas y amigos. No es que haya buenos o malos profesores, nunca me leerás referirme a esos valores, sino que a nivel sistémico, y (tú de sistemas Kike sabes más que yo), están para reproducir un modelo de capitalismo, de explotación.
Y, contestando a Laure, ese modelo ha pasado. Y es que además era injusto. Que era menos injusto que lo que viene ahora, pues sí, pero no tiene sentido defenderlo a pies juntillas. Mira Laure, y por ahí no paso, nunca, digo, nunca dejaré de criticar una acción «de izquierdas», venga de donde venga, cuando sea, porque pueda favorecer «a la derecha». Eso ha hecho mucho daño a la historia del movimiento obrero y las clases populares. ¿tú sabes quién decía eso: «critica cuando sea oportuno»? Venga, venga…
Porque no es lo mismo parar una reforma laboral: explotación; o la sanidad, que también es salario, por tanto privatizando la sanidad baja el salario total, real; que parar una reforma «educativa».
Lo digo con todas las palabras: a quien afecta esta contrareforma educativa es principalmente a las clases medias, las clases populares ya estaban totalmente abandonadas hace 10 años con la LOGSE, y parcialmente abandonadas SIEMPRE. Porque para los pobres, para los marginados no había educación pública que valga. Y al profesorado se la traía al pailo, es ahora cuando se movilizan «por la educación pública» cuando quieren decir por nuestros empleos, nuestro salario.
Propuestas: Arozamena lo esbozaba, si tan por la escolarización universal está el profesorado y los opositores, por qué no construís escuelas populares en los barrios marginales? Hay que construir un nuevo paradigma educativo popular, integrador y universal. Y ahí los que sabéis de educación sois muy importantes. Basta de contarnos cuentos