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El blog de Moncadista

Nací un 26 de julio…

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Marx en el Soho

Corregida y mejorada la traducción, falta le hacía. ¡A difundir!

Howard Zinn, que fue un historiador estadounidense, escribió esta obra de teatro llamada «Marx in Soho«.  Me la compré y como no he visto ninguna versión digital en español, pensé que era importante traducirla, y así lo he hecho.

La obra es un monólogo donde Marx vuelve al presente, pero en vez de llegar al Soho de Londres, lo mandan al de Nueva York. Está llena de humor e ironía, de actualidad e historia, de humanismo y esperanza, de crítica y libertad. Es la reivindicación del Marx humano, utópico. Es un grito contra las todas las tiranías, contra el uso de «su nombre en vano».

Personalmente creo que en los tiempos de revuelta que vivimos puede ser un texto muy útil. Una obra de teatro para representar en las plazas de España y el mundo.

Tiene sólo 19 páginas, muy fáciles de leer, de imprimir y difundir. Las disfrutaréis. Os animo a que me mandéis sugerencias y correcciones. Todo lo que creáis que se puede decir de otra manera. No encuentro la versión digital en inglés. Para descargarlo sólo tenéis que pinchar en la imagen:

Y como aperitivo, pongo un vídeo de la obra con subtítulos en español.

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=iSH8uRRUi5U]

GOMORRA

gomorraNo puedo resumir el libro Gomorra, y comentarlo no es tarea fácil, me limitaré a dar argumentos sueltos para demostrar esta  Hipótesis:  «La mafia, en cualquiera de sus vertientes, es la forma que tiene el capitalismo de extender el «Estado fascista» dentro de las «democracias» formales».

«Todos, hasta los más preocupados por su integridad, acaban en la cárcel de la pensión, todos descubren antes o después que son cornudos, todos terminan atendidos por una polaca. ¿por qué caer en la depresión buscando un trabajo que solo da para malvivir? ¿por qué acabar contestando al teléfono en un empleo a tiempo parcial? Hacerse empresario. Pero de verdad. Capaz de comerciar con todo y de hacer negocios hasta con la nada. Ernst Jünger diría que la grandeza se halla expuesta a la tempestad. Lo mismo repetirían los boss, los empresarios de la Camorra. Ser el centro de toda acción, el centro del poder. Usarlo todo como medio y a sí mismos como fin. Los que dicen que es amoral, que no puede haber vida sin ética, que la economía tiene límites y reglas que hay que seguir, son solo los que no han conseguido mandar, los que han sido derrotados por el mercado. La ética es el límite del perdedor, la protección del derrotado, la justificación moral para aquellos que no han conseguido jugárselo todo y ganarlo todo. La ley tiene sus códigos establecidos, pero la justicia es harina de otro costal. La justicia es un principio abstracto que afecta a todos, que permite, según cómo se interprete, absolver o condenar a todo ser humano: culpables los ministros, culpables los papas, culpables los santos y los herejes, culpables los revolucionarios y los reaccionarios. ..     Justicia en injusticia solo tienen un significado en lo concreto….La lógica del empresariado criminal, el pensamiento de los boss coincide con el neoliberalismo más radical. Las reglas dictadas, las reglas impuestas, son las de los negocios, el beneficio, la victoria sobre cualquier competidor

No quiero meterme en un análisis del fascismo, pero para lo que me interesa ahora mismo, podría decir que es la forma que tuvo el capitalismo para imponer la explotación a sangre e hierro en los inicios del fordismo. Evidentemente esto no es lo que se estudia en los libros de historia. Sólo se enseña lo superficial, la falta de libertades individuales, de elecciones, etc.

Se suele decir también que el fascismo en sus diferentes versiones (Nacionalcatolicismo, nacismo, McCarthismo y fascismo italiano) fue un estado de excepción del Capitalismo.

Es verdad, en EEUU el McCarthismo sirvió como «purga roja», también en España donde más que una purga fue un genocidio político-cultural. Pero también es verdad que el mundo tras la 1ª guerra imperialista mundial estaba cambiando de modo de organizar la producción, y eso necesitaba de mano dura. Los primeros en implantar el toyotismo en la producción en Italia fueron las familias mafiosas en los talleres textiles.

Bueno, pues yo creo que el fascismo visto desde esta prisma nunca ha desaparecido, y Roberto Saviano lo demuestra sin pretenderlo en Gomorra.

La camorra (la mafia en general) es el moderno Estado fascista perfectamente imbricado en las «democracias» modernas, y es fascismo por lo económico, lo político y lo militar.

En lo económico:

Dice el periodista Riccardo Orioles que: «la criminalidad no es el poder, sino uno de los poderes». Jamás habrá un boss que pretenda sentarse en el gobierno. Si la camorra fuese todo el poder, sus negocios no resultarían esenciales en el mecanismo del escalafón legal e ilegal. Las detenciones y las sucesiones de las familias suponen para la economía como el fuego para la sabana, una renovación. Es interesante la hipótesis de Roberto de que es necesaria la «legalidad» para que el monopolio no se extienda hasta poner los precios imposibles. O sea, la policía, los jueces, etc al quitar del escenario a «viejas» familias hacen que el mercado ilegal se renueve, entren nuevos productos, ideas, sangre fresca.  Al igual que lo «legal» necesita de la camorra. Desde los cientos de ayuntamientos intervenidos por infiltración mafiosa, hasta la empresa lactea Parmalat que se aseguraba la distribución en monopolio de todo el sur de Italia haciendo un descuento del 6.5% a la camorra que a su vez se aseguraba con sus métodos tradicionales de que sólo su leche se vendía en las tierras de la Campania.

El capítulo del libro que más se utiliza en la película es el de «Tierra de los fuegos» donde se habla del tratamiento de residuos y de la región napolitana como el sumidero de buena parte de los residuos peligrosos del norte de Italia y del resto de Europa.  En este capítulo se demuestra también la estrecha vinculación de lo legal con lo ilegal. Básicamente se muestra cómo buena parte de las empresas tanto del norte de Italia como de Alemania no serían lo que son si no hubieran utilizado a la mafia para librarse del lastre que representan el coste de tratamiento de los residuos.

Pero no sólo en el comercio, el capital obtenido por la venta de droga, procesamiento ilegal de residuos, etc; se invertía rápidamente en la construcción de las costas andaluzas y canarias.  En Santa Fe (Granada) ha estado durante años el cerebro de la mafia italiana en España, que controlaba el tráfico de drogas, la construcción o las tiendas de ropa más famosas.

En lo político, y esto ha sido lo más sorprendente para mí del libro. Para explicarlo un ejemplo que se da en el libro:

Estaban juzgando a un boss llamado Sandokan, cuando lo condenan pide la palabra y dice: «sólo soy un empresario que ha triunfado, y que un complot de magistrados envidiosos y marxistas había considerado que el poder de la  burguesía de la campiña aversana constituía una fuerza criminal, y no el fruto del ejercicio empresarial y económico«.

Pero lo más evidente es la toma por parte de las familias mafiosas de los ayuntamientos y gobiernos regionales. Es lo que hacen los grandes empresarios en nuestro país, pero aquí se llama corrupción porque no utilizan una fuerza militar como la de la camorra. Por lo demás es idéntico. A qué me refiero con fuerza militar, y aquí entra el 3er elemento del fascismo, el militar, a que  el boss Augusto La Torre, en su ambición de monopolio e imposición de su poder, inventó una forma de eliminar a todo aquel que no estaba bajo su mando, le pegaban un tiro, lo echaban a un pozo y tiraban una granada de mano. Así desaparecieron varios políticos.

Son los principales traficantes de armas del mundo y los primeros importadores de Europa, pero no sólo de armas ligeras (tiene un capítulo muy bueno dedicado a Kalashnikov) sino armamento pesado que atraviesa Italia con camiones de la OTAN sin problemas.

La mafia mata más que cualquier conflicto armado europeo, más que ETA o el IRA, sin embargo no sale como un conflicto, apenas sale en los medios de comunicación, porque es en Nápoles y la región donde se forja la mayor parte de la economía de la nación y del mundo, sí del mundo, porque por el puerto de Nápoles pasa el 70% de las exportaciones textiles de China, que se dice pronto. Pero se declara el 20%.

No hacen falta conclusiones, sólo ideas sueltas.

El verdadero enemigo militar de los trabajadores no son los ejércitos regulares, sino la mafia en todas sus vertientes.

No temamos tanto al fascismo de los skinheads ya que está aquí, con nosotros, entre nosotros, nos viste, nos alimenta, nos entretiene, nos droga…

Ya sabíamos que no vivimos en democracia, pero este libro lo deja tan claro, lo explica tan bien…

¿Huelga general a la camorra internacional? Ja, ja y ja.
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UN REGALO: «El padre de Blancanieves»

Normalmente no me cuesta demasiado escribir. Tengo la idea, busco información si hace falta y la escribo como me sale. Mejor o peor, pero tengo la habilidad de plasmar con palabras lo que pienso. Sin embargo llevo un par de semanas detrás de haceros este regalo, encontrar la manera de transmitiros los pensamientos y sensaciones que he tenido al leer este libro. Y de paso convenceros de leerlo. Y es que creo que hace falta otro libro para comentar este.

Quien me lo recomendó dice que es el «Qué hacer» del siglo XXI. Dudo que tenga las consecuencias que tuvo el libro de Lenin, y además este libro no es un manual, por lo menos de manera explícita. Para mí es más un «manifiesto comunista», una foto finish de nuestro momento histórico. En el que como en el manifiesto de Marx y Engels también se dan algunas ideas poco concretas. Aunque da una que es esencial, ante la frustración de golpearse contra el muro del poder, dice: «…los desvíos aparecen cuando el camino normal está cortado…» A lo mejor nos hace falta tomar un desvío.

¿Nunca os habéis preguntado qué es lo que hace que una persona se «eche al monte»? ¿Y los que luchan qué son, normales o «raros»? Siempre he pensado que lo que me hizo echarme al monte fue una paliza en la adolescencia, un carnet de la CNT escondido en una caja de recuerdos, un cesped en la facultad de ciencias, una «Estación de Finlandia»…

Después llegan las preguntas. ¿por qué la gente no lucha? ¿cómo derrotar a semejante bestia? O las dudas en el trabajo, consciente como soy de que mi esfuerzo diario en biología molecular del cáncer sólo sirve para perpetuar y acentuar la miseria humana, y no para reducirla como muchos creen. Y aquí llega la pregunta del millón, ¿hasta dónde llega el cinismo? Sólo son cínicos los explotadores mientras que los explotados están engañados? O como dice Chinato, nos fabricamos un sombrero de paja de ala ancha para no ver las cosas que ver no quiero. ¿no será una coraza ideológica frente a lo que parece inevitable e indestructible: la explotación, el capitalismo? He conocido gente militante que se considera mejor que el resto, y como dice un personaje del libro, no somos mejores ni peores…simplemente no sacamos partido del sufrimiento ajeno.

¿Y cómo vamos a plantar cara al poder cuatro personillas, pegando carteles o como hacen en la novela, «sembrando algas»? «Si no sois más que las risas enlatadas de las series televisivas. Vosotros sois las protestas enlatadas»

Belén Gopegui es capaz de plasmar (que no resolver) sesudos problemas teóricos con una sencillez y lo que es más importante, cotidianedad impresionantes. Un sólo ejemplo. Existe la hipótesis (que yo comparto) de que en cada momento histórico están presentes en las relaciones sociales todos los modos de producción, desde el comunista hasta el modo de producción esclavista. Pero que en cada momento uno domina sobre el resto llegando a invisibilizarlos. Y lo que hay que hacer es desenterrar al modo de producción comunista de las profundidades del capitalismo. Mirad cómo lo escribe ella: «Las experiencias capitalistas nunca son las únicas posibles, puesto que dentro de las presiones y límites las personas llegan a otros acuerdos, descubren otras adhesiones y tratan de vivir según otros valores. Aunque el impulso capitalista continúa estando presente.» (la negrita es mía).

Belén da vida, entre otros, a un personaje que es un «colectivo de colectivos», que anhela ser centro de biotecnología pero que se queda en «conjunto de individuos». Y dice algo así: «Conviene adiestrarse en el arte de imaginar lo que existe…» Y es que como escribía «pichiki» el otro día: «Somos incapaces de hablar con precisión del hoy del ahora. Hablamos con más precisión de 1917 que del 2007

También habla de dialéctica: «Yo no soy todos mis miembros sino que soy todos mis miembros y también soy otra cosa«. Pero es ameno, engancha; es cotidiano, os identificaréis con algún personaje; es formativo, aprenderéis que no todo en la vida es repartir panfletos y pegar carteles…

Y además sabe de biología…

«Si alguien produce aquello que detesta, o si lo produce para que se beneficien organizaciones a las que no puede respetar, no es libre. Y si la libertad queda confinada a la noche del sábado, la tarde del domingo, la hora de la cena, no es libertad» Esta es otra de las muchas pistas teóricas que da, la militancia como forma de ocio, un hobby que se vive con más o menos intensidad. La militancia hay que llevarla a nuestra vida, y nuestra vida, como trabajadores, está en el tajo. Ella parece que se ha aplicado el cuento y a pesar de que el libro está editado, se vende, lo podéis encontrar en muchas bibliotecas de Barcelona por ejemplo, es de libre distribución digital y os lo podéis descargar en rebelión.org. Aunque si podéis, compradlo o pilladlo de una biblioteca.

Que lo leais, ya sea en digital (aquí), comprándolo (unos 20€) o pillándolo en una biblio como yo he hecho.

Disfrutadlo y ya me «comentaréis».

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