No puedo resumir el libro Gomorra, y comentarlo no es tarea fácil, me limitaré a dar argumentos sueltos para demostrar esta Hipótesis: «La mafia, en cualquiera de sus vertientes, es la forma que tiene el capitalismo de extender el «Estado fascista» dentro de las «democracias» formales».
«Todos, hasta los más preocupados por su integridad, acaban en la cárcel de la pensión, todos descubren antes o después que son cornudos, todos terminan atendidos por una polaca. ¿por qué caer en la depresión buscando un trabajo que solo da para malvivir? ¿por qué acabar contestando al teléfono en un empleo a tiempo parcial? Hacerse empresario. Pero de verdad. Capaz de comerciar con todo y de hacer negocios hasta con la nada. Ernst Jünger diría que la grandeza se halla expuesta a la tempestad. Lo mismo repetirían los boss, los empresarios de la Camorra. Ser el centro de toda acción, el centro del poder. Usarlo todo como medio y a sí mismos como fin. Los que dicen que es amoral, que no puede haber vida sin ética, que la economía tiene límites y reglas que hay que seguir, son solo los que no han conseguido mandar, los que han sido derrotados por el mercado. La ética es el límite del perdedor, la protección del derrotado, la justificación moral para aquellos que no han conseguido jugárselo todo y ganarlo todo. La ley tiene sus códigos establecidos, pero la justicia es harina de otro costal. La justicia es un principio abstracto que afecta a todos, que permite, según cómo se interprete, absolver o condenar a todo ser humano: culpables los ministros, culpables los papas, culpables los santos y los herejes, culpables los revolucionarios y los reaccionarios. .. Justicia en injusticia solo tienen un significado en lo concreto….La lógica del empresariado criminal, el pensamiento de los boss coincide con el neoliberalismo más radical. Las reglas dictadas, las reglas impuestas, son las de los negocios, el beneficio, la victoria sobre cualquier competidor.»
No quiero meterme en un análisis del fascismo, pero para lo que me interesa ahora mismo, podría decir que es la forma que tuvo el capitalismo para imponer la explotación a sangre e hierro en los inicios del fordismo. Evidentemente esto no es lo que se estudia en los libros de historia. Sólo se enseña lo superficial, la falta de libertades individuales, de elecciones, etc.
Se suele decir también que el fascismo en sus diferentes versiones (Nacionalcatolicismo, nacismo, McCarthismo y fascismo italiano) fue un estado de excepción del Capitalismo.
Es verdad, en EEUU el McCarthismo sirvió como «purga roja», también en España donde más que una purga fue un genocidio político-cultural. Pero también es verdad que el mundo tras la 1ª guerra imperialista mundial estaba cambiando de modo de organizar la producción, y eso necesitaba de mano dura. Los primeros en implantar el toyotismo en la producción en Italia fueron las familias mafiosas en los talleres textiles.
Bueno, pues yo creo que el fascismo visto desde esta prisma nunca ha desaparecido, y Roberto Saviano lo demuestra sin pretenderlo en Gomorra.
La camorra (la mafia en general) es el moderno Estado fascista perfectamente imbricado en las «democracias» modernas, y es fascismo por lo económico, lo político y lo militar.
En lo económico:
Dice el periodista Riccardo Orioles que: «la criminalidad no es el poder, sino uno de los poderes». Jamás habrá un boss que pretenda sentarse en el gobierno. Si la camorra fuese todo el poder, sus negocios no resultarían esenciales en el mecanismo del escalafón legal e ilegal. Las detenciones y las sucesiones de las familias suponen para la economía como el fuego para la sabana, una renovación. Es interesante la hipótesis de Roberto de que es necesaria la «legalidad» para que el monopolio no se extienda hasta poner los precios imposibles. O sea, la policía, los jueces, etc al quitar del escenario a «viejas» familias hacen que el mercado ilegal se renueve, entren nuevos productos, ideas, sangre fresca. Al igual que lo «legal» necesita de la camorra. Desde los cientos de ayuntamientos intervenidos por infiltración mafiosa, hasta la empresa lactea Parmalat que se aseguraba la distribución en monopolio de todo el sur de Italia haciendo un descuento del 6.5% a la camorra que a su vez se aseguraba con sus métodos tradicionales de que sólo su leche se vendía en las tierras de la Campania.
El capítulo del libro que más se utiliza en la película es el de «Tierra de los fuegos» donde se habla del tratamiento de residuos y de la región napolitana como el sumidero de buena parte de los residuos peligrosos del norte de Italia y del resto de Europa. En este capítulo se demuestra también la estrecha vinculación de lo legal con lo ilegal. Básicamente se muestra cómo buena parte de las empresas tanto del norte de Italia como de Alemania no serían lo que son si no hubieran utilizado a la mafia para librarse del lastre que representan el coste de tratamiento de los residuos.
Pero no sólo en el comercio, el capital obtenido por la venta de droga, procesamiento ilegal de residuos, etc; se invertía rápidamente en la construcción de las costas andaluzas y canarias. En Santa Fe (Granada) ha estado durante años el cerebro de la mafia italiana en España, que controlaba el tráfico de drogas, la construcción o las tiendas de ropa más famosas.
En lo político, y esto ha sido lo más sorprendente para mí del libro. Para explicarlo un ejemplo que se da en el libro:
Estaban juzgando a un boss llamado Sandokan, cuando lo condenan pide la palabra y dice: «sólo soy un empresario que ha triunfado, y que un complot de magistrados envidiosos y marxistas había considerado que el poder de la burguesía de la campiña aversana constituía una fuerza criminal, y no el fruto del ejercicio empresarial y económico«.
Pero lo más evidente es la toma por parte de las familias mafiosas de los ayuntamientos y gobiernos regionales. Es lo que hacen los grandes empresarios en nuestro país, pero aquí se llama corrupción porque no utilizan una fuerza militar como la de la camorra. Por lo demás es idéntico. A qué me refiero con fuerza militar, y aquí entra el 3er elemento del fascismo, el militar, a que el boss Augusto La Torre, en su ambición de monopolio e imposición de su poder, inventó una forma de eliminar a todo aquel que no estaba bajo su mando, le pegaban un tiro, lo echaban a un pozo y tiraban una granada de mano. Así desaparecieron varios políticos.
Son los principales traficantes de armas del mundo y los primeros importadores de Europa, pero no sólo de armas ligeras (tiene un capítulo muy bueno dedicado a Kalashnikov) sino armamento pesado que atraviesa Italia con camiones de la OTAN sin problemas.
La mafia mata más que cualquier conflicto armado europeo, más que ETA o el IRA, sin embargo no sale como un conflicto, apenas sale en los medios de comunicación, porque es en Nápoles y la región donde se forja la mayor parte de la economía de la nación y del mundo, sí del mundo, porque por el puerto de Nápoles pasa el 70% de las exportaciones textiles de China, que se dice pronto. Pero se declara el 20%.
No hacen falta conclusiones, sólo ideas sueltas.
El verdadero enemigo militar de los trabajadores no son los ejércitos regulares, sino la mafia en todas sus vertientes.
No temamos tanto al fascismo de los skinheads ya que está aquí, con nosotros, entre nosotros, nos viste, nos alimenta, nos entretiene, nos droga…
Ya sabíamos que no vivimos en democracia, pero este libro lo deja tan claro, lo explica tan bien…
¿Huelga general a la camorra internacional? Ja, ja y ja.
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